¿Por qué no debes avergonzarte de tomar medicamentos para tu salud mental?

Así como no todos los temas de salud mental se solucionan distrayéndote o echándole ganas, no siempre basta con ir a terapia. Es ahí cuando aparecen en escena los medicamentos que buscan ayudarte, si por alguna razón te has resistido, descubre por qué no debes avergonzarte de tomar medicamentos para tu salud mental.

Seamos honestos, aunque cada vez se habla más sobre salud mental, la realidad es que sigue siendo algo en lo que debe trabajarse, en especial en los estigmas relacionados con él. Aún recuerdo la primera vez que alguien me sugirió ir a terapia, lo primero que pensé fue: “No estoy loca”. Sin embargo, nada tenía que ver con eso.

Me costó muchos años y varios terapeutas (porque también es cierto que no a la primera encuentras a alguien con quien te sientes cómoda) entender que una terapia va más allá de confirmar tu locura, tiene más relación con explorar tu interior y encontrar la raíz de aquello que está provocando ruido en tu interior y te impide tener una vida plena.

Pero si la terapia es un tema al cual muchos se resisten y que otros juzgan, los medicamentos, llámese ansiolíticos, antidepresivos o cualquiera relacionado con el tratamiento de una enfermedad mental, es algo todavía más señalado, especialmente por aquellos que se consideran “normales”, aunque no es exclusivo.

¿Alguna vez he tomado medicamentos de este tipo? Sí. No es que uno llegue a ellos como a una aspirina. Si bien hay condiciones en las que la base del tratamiento son los medicamentos, como en el caso de la esquizofrenia, también es cierto que en otras condiciones son buena ayuda cuando los tratamientos “hablados” no son suficientes o te impiden llevar una vida “normal”.

Además de que no podemos dejar de lado que en ocasiones hay factores químicos a nivel cerebral que influyen en tu enfermedad, como puede suceder en la depresión, por lo tanto, los medicamentos serán casi indispensables.

Claro, quien debe recetarlo es un psiquiatra, incluso puede que tu terapeuta lo sugiera, aunque también puedes ser tú quien lo haga cuando sientes que por más terapia que tomas no sales del bache. ¿Eso te hace débil? No, te hace una persona decidida a tomar las riendas de su vida y vencer su condición mental. Porque recuerda, aunque “esté en tu cabeza”, no significa que lo inventes.

No hablemos de las causas, sino de las consecuencias y la realidad es que una enfermedad mental puede ser muy debilitante, más de lo que podría llegar a ser un medicamento. Sí, es cierto, hemos escuchado muchas historias sobre si la adicción a estas drogas o si provocan efectos secundarios, pero la realidad no es tan terrible.

La ciencia ha avanzado mucho y hoy hay diferentes opciones, por lo cual es posible encontrar una que se ajuste a ti en la dosis indicada. Sí, quizá debas pasar por varios, pero al final valdrá la pena, pues te permitirán llevar una vida funcional… Aunque no, no significa que siempre estarás feliz, simplemente te ayudarán a enfrentar mejor los malos momentos.

Pero frente a la pregunta central: ¿por qué no debes avergonzarte de tomar medicamentos para tu salud mental? La respuesta es sencilla: porque los necesitas. Algunos no lo ven así, pero es como sentir pena de tomar metformina si eres diabética.

Resistirte a hacerlo sólo por esa razón pondría en riesgo tu vida y aumentaría la probabilidad de sufrir complicaciones, algo similar pasa cuando te niegas a tomar un medicamento que podría mejorar tu calidad de vida.

Quizá lo escuches mucho, pero debes tomarlo más en serio: tu salud mental es tan importante como la física, por lo tanto, medicarte no debe causarte vergüenza o pena. Sobre si deberás tomarlos de por vida, no necesariamente, será tu propio cuerpo y médico quienes lo determinen.