¿El embarazo cambia la graduación de tus lentes? Alteraciones de la visión en esta etapa

El embarazo cambia por completo nuestro cuerpo, pero no lo relacionamos con la vista. Te revelamos si el embarazo cambia la graduación de tus lentes y las alteraciones de la visión en el embarazo.

Sin duda, el embarazo es una montaña rusa de emociones y cambios a nivel emocional, mental y, claro, los más evidentes, físicos. Aumentas de peso, se te “salta” el ombligo, tus senos crecen… pero hay otros datos curiosos que nadie te cuenta hasta que lo vives.

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¿El embarazo cambia la graduación de tus lentes?

Sí, es posible que durante el embarazo cambie la graduación de tus lentes, provocando una visión borrosa o ciertas alteraciones en tu visión. Si bien suele ser transitorio y volver a tu graduación “normal” después del parto o en los primeros meses de lactancia, hay puntos que debes tomar en cuenta.

De acuerdo a la Dra. Sharon Ball Burstein, especialista en oftalmología, estos cambios pueden darse por diferentes factores, como las hormonas o un tema de retención de líquidos, sin embargo, no se presentan igual en todas las mujeres.

Mientras algunas no los manifiestan, en otras son enormes; asimismo, es posible regresar a tus lentes previos al embarazo una vez que tengas a tu bebé, pero en ocasiones no es así y necesitas actualizar tu graduación. De igual modo, es posible que durante la lactancia continúen las fluctuaciones.

Sin embargo, la recomendación de la especialista, es no cambiar la graduación de tus lentes durante tu embarazo, al menos que sea estrictamente necesario; lo mejor es esperar a dar a luz y el tema hormonal haya mejorado. Incluso, si es posible aguantar hasta pasada la lactancia, mejor.

Si presentas cambios en tus dioptrías o tu visión durante esta etapa, consulta a tu oftalmólogo para que descarte otros problemas.

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¿Cuáles son los cambios en la visión durante el embarazo?

La visión borrosa es uno de los principales síntomas visuales durante el embarazo, la cual no es exclusiva de un cambio de graduación, sino que se relaciona con otras condiciones, algunas de mayor gravedad que otras, como la diabetes gestacional.

Las manifestaciones oculares, tienen origen en los cambios hormonales y metabólicos propios del embarazo, además de algunos a nivel físico. Sin embargo, especialistas de las clínicas oftalmológicas Sala Uno, explican que no suelen ser de preocupación y basta el seguimiento oftalmológico.

Asimismo, la mayoría no son permanentes, desaparecen 2 o 3 meses después de finalizado el embarazo. Entre los más comunes se encuentran:

• Sequedad ocular, causada por una alteración en la producción de lágrimas. Los síntomas principales son ardor o sensación de basuritas o un cuerpo extraño en el ojo.
• Manchas en los párpados, debido a las altas concentraciones de estrógenos que tienden a manchar la piel, en especial al exponerte al sol.
• Fatiga visual.
• Visión borrosa por retención de líquidos que puede provocar un edema de córnea. La visión borrosa también puede ser resultado del síndrome de insuficiencia de acomodación transitoria en mujeres con hipermetropía.

¿Señales de alerta en la visión durante el embarazo?

Muchos de los problemas visuales durante el embarazo, son transitorios y comunes, pero en algunos casos, pueden ser resultado de un problema mayor. Es importante no ignorarlos, pues podrían causar complicaciones, tanto en el embarazo, como a nivel ocular.

• Visión borrosa por diabetes gestacional. La diabetes gestacional puede dar lugar a visión borrosa, al provocar hemorragias, inflamación o salida de líquido anormal de la retina, señales de retinopatía diabética.
• Aunque suele mejorar después del parto, es importante llevar un seguimiento con tu oftalmólogo si desarrollas diabetes gestacional o la tienes previamente, para revisar tu retina y prevenir complicaciones.
• Visión borrosa, manchas, destellos o visión doble por hipertensión. Un aumento de la presión arterial durante el embarazo, puede llevar a la disminución de la oxigenación y aporte de nutrientes del ojo y, por lo tanto, daños en la retina.
• Es importante no ignorarlo, pues en casos graves termina en desprendimiento de retina, una condición de riesgo para tu visión. Además, claro, de los riesgos para la madre y el bebé que conlleva la hipertensión arterial.
• Visión borrosa por presión baja. Si tu presión desciende durante el embarazo, también puedes presentar problemas de visión, por suerte, suele desaparecer en cuanto esta aumenta.

Finalmente, en algunos casos la visión borrosa puede asociarse a la deshidratación, migraña o anemia. Por lo tanto, al ser un síntoma inespecífico, lo mejor es acudir al oftalmólogo en cuanto se presente, para reducir los riesgos.

Foto: iStock

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¿Cómo cuidar tu salud visual durante el embarazo?

Lo primero es no entrar en pánico y recordar que muchos de estos cambios son naturales y parte del embarazo. Acude a tu médico y oftalmólogo, para confirmar que no haya otro problema de fondo y recibir un tratamiento para aliviar las molestias. Asimismo, sigue estas recomendaciones:

Si padeces hipertensión o diabetes desde antes del embarazo, lleva un control de tu enfermedad y acude al oftalmólogo periódicamente para dar un seguimiento. Asimismo, realiza los estudios pertinentes para detectar el desarrollo de estas enfermedades en el embarazo.

• No uses gotas para los ojos sin receta médica, podrían dañar a tu bebé; evita la automedicación de cualquier tipo.
• Recuerda seguir la regla 20-20-20 (descansar cada 20 minutos durante 20 segundos, viendo algo a 20 pies de distancia o 6 metros) si pasas mucho tiempo frente a la computadora o dispositivos electrónicos.
• Mantente hidratada.
• Descansa, tanto tu cuerpo como tu vista. Recuerda dormir tus horas y dejar que tu vista descanse para prevenir la fatiga visual.
• Aprovecha al máximo la luz natural y evita realizar actividades que requieran un esfuerzo visual con poca luz.

Quizá nadie te lo había contado, pero es real que tu visión puede presentar cambios durante el embarazo, incluyendo un aumento en la graduación de tus lentes. Ahora que lo sabes, no lo ignores y recuerda llevar un seguimiento con tu médico y oftalmólogo.

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