Sexo en el embarazo

El embarazo es un proceso que se acompaña de cambios hormonales, físicos, sociales y emocionales capaces de afectar la vida sexual de una pareja.

Durante el primer trimestre, los cambios en el aspecto físico son mínimos en la mayoría de los casos, pero son frecuentes los trastornos que pueden repercutir en la sexualidad de la pareja, como las náuseas, vómito, cansancio, mareo o somnolencia.

También existe una proporción de mujeres en las que se aprecia la disminución del apetito sexual, aunque son menos de la mitad quienes lo experimentan. Además, es frecuente el miedo de hacer daño al feto si se tiene contacto sexual.

Conforme avanza la gestación, la transformación física de la mujer es más evidente, lo que obliga a realizar ciertos cambios posturales y de técnicas sexuales.

Se aconsejan posiciones que eviten la presión sobre el abdomen, como las laterales, la mujer encima, o el hombre por detrás, con el objetivo de facilitar el control de la penetración por parte de la mujer.

Es muy importante cuidar la higiene genital en ambos miembros de la pareja para prevenir infecciones, las cuales pueden producir complicaciones obstétricas.

Si se siguen estos consejos, y de no existir infecciones o contraindicaciones, puede llevarse una vida sexual activa durante todo el embarazo normal. No obstante, la mujer debe comunicar cualquier episodio anormal durante el coito: contracciones uterinas, dolor intenso o sangrados.

Recuerda que el embarazo puede aprovecharse para la exploración de nuevos juegos sexuales, fantasías eróticas y otras formas de mutua estimulación. A nivel afectivo, puede ser vivido con una profundidad que propicio un mayor vínculo de pareja.

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