Ésta es la forma correcta en que debes usar el enjuague bucal para que realmente funcione

Mucha gente utiliza enjuague bucal luego de lavarse los dientes. Algunos lo utilizan para que su aliento esté fresco por más tiempo, otros para completar la higiene dental y hay quienes recurren a él por cuestiones médicas.

Sin importar cuál sea la razón por la que lo utilizas, seguramente siempre lo aplicas después del cepillado dental. Lo curioso es que al parecer todo este tiempo, lo hemos estado usando mal y te explicaré por qué.

El enjuague bucal, ¿es necesario?

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Este producto da sensación de limpieza y frescura en la boca y de acuerdo a la Asociación Dental Estadounidense, el enjuague cosmético ayuda a controlar de manera temporal el mal aliento; mientras que el terapéutico tiene ingredientes activos que controlan o reducen afecciones (gingivitis, placa o caries).

Tipos de enjuague bucal

Hay diferentes productos de acuerdo al compuesto químico que contengan.

- Ac. Hialurónico. Se usa para reparar el tejido gingival y la mucosa por aftas cirugías o erosiones. Su poder reparador es alto en tejidos blandos.

- Aloe Vera. Se usa en pacientes con xerostomía (boca seca) relacionada con cualquier causa.

- Clorhexidina (al 0,2 % o 0,12 %). Es un antiséptico que elimina las bacterias de la cavidad oral con persistencia en el tiempo en boca alta. Para que funcione de manera correcta, es mejor no ingerir nada hasta 2 horas después. Funciona para tratar periodontitis y gingivitis en fase aguda.

- Clorhexidina (al 0,05 % combinado con cloruro de cetilpiridinio <CPC>). Usado en tratamientos continuados de gingivitis o periodontitis.

- Flúor. Se usa en diferentes concentraciones para reducir la aparición de caries.

- Hexetidina. Tiene menor capacidad de acción que la clorhexidina.

- Triclosán. Antiséptico con poder antiinflamatorio que trata la gingivitis.

- Nitrato potásico. Se usa como desensibilizante ante los estímulos térmicos. Reduce la transmisión nerviosa por el cambio iónico de las membranas nerviosas del diente.

¿Cómo debes usar el enjuague bucal para obtener sus beneficios?

La dentista Anna Peterson, señaló en un vídeo de la red social Tik Tok que es mejor usar el enjuague antes de cepillarte los dientes o después de comer. Comenta: “tu pasta dental tiene alrededor de 1450 ppm (partes por millón) de fluoruro. El enjuague bucal tiene 220 ppm de fluoruro”. La concentración del enjuague es más baja y no es suficiente para proteger los dientes de lo que comes o bebes. Al cepillar primero los dientes y luego usar el enjuague, sólo estás diluyendo la alta concentración de fluoruro para dejar a tus dientes con una concentración más baja.

La dra. Peterson señala que después de comer, los azúcares de los alimentos reducen el pH en la boca, haciéndola ácida y dañando los dientes. Al cepillar los dientes, el ácido causa erosión. Y esa información también la apoyan otras publicaciones del British Dental Journal y el NHS.

No olvides que…

* La higiene bucal es básica y el cepillado es un paso importante para cuidar de tus dientes. Recuerda que el enjuague es de ayuda, no es el sustituto de la pasta.

* El uso del enjuague bucal debe usarse de acuerdo al problema bucal que se tenga. No excedas la dosis y el tiempo, porque podría haber una sobredosis.

¿Qué pasa si hay sobredosis al usar el enjuague bucal?

Expertos de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos señalan que la sobredosis ocurre cuando se consume más de la cantidad normal o recomendada. Algunos de sus componentes en grandes cantidades pueden ser dañinos, como el gluconato de clorhexidina, etanol, peróxido de hidrógeno o metilsalicilato.

Los síntomas de la sobredosis pueden ser:

- Dolor abdominal, diarrea, vómito o náuseas.

- Quemaduras o daño en la córnea 

- Somnolencia, mareo o dolor de cabeza.

- Temperatura corporal baja o presión arterial baja.

- Respiración lenta o rápida y superficial, frecuencia cardíaca rápida o nivel bajo de azúcar en la sangre.

- Dolor de garganta o mala pronunciación.

- Pérdida del conocimiento, movimiento descoordinado

- Coma, problemas de micción, reflejos que no responden o dolor y enrojecimiento de la piel.

Por eso es importante acudir con el dentista a un chequeo frecuente.