Dolor en las articulaciones: ¿Es una infección, artritis o tiene que ver con el cáncer?

Para entender de dónde proviene el dolor en las articulaciones, hay que saber qué son y cuál es su función en el cuerpo humano. Éstas se encargan de conectar a los huesos y la mayoría son móviles, para permitir que los huesos se muevan. Stanford Children 's Health señala que hay varios tipos de articulaciones. Entre las que tienen movimiento están: enartrosis (del hombro y la cadera, permiten mover adelante, atrás y a los lados), de bisagra (dedos, rodillas, codos, permiten flexionar y enderezar), rotatorias (cuello, permite giros limitados) y elipsoidales (muñeca, puede moverse sin rotar).

¿Por qué duelen las articulaciones?

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La Biblioteca Nacional de Medicina indica que el dolor puede ser causado por diferentes lesiones o afecciones. En algunos casos tiene relación con la artritis, el dolor muscular, gota, osteoartritis, infección del hueso (osteomielitis), lupus, alguna lesión originada por fractura, tendinitis, esguinces o bursitis. 

Las principales señales de inflamación en las articulaciones son: inflamación, sensibilidad, enrojecimiento, dolor y temperatura elevada en la zona. El dolor puede presentarse al realizar algún movimiento, pero hay casos en que puede presentarse aún en reposo.

Cuál es la principal causa de dolor en las articulaciones

El Manual MSD señala que la mayoría de los casos son por artritis, aunque siempre hay que hacer una evaluación más profunda para conocer qué articulaciones son las más afectadas y si el malestar afecta otras zonas del cuerpo.

En el caso de la artritis aguda, el malestar afecta a varias articulaciones debido a una infección viral, el brote de una enfermedad articular crónica o gota. Mientras que en la artritis crónica el problema se presenta por trastornos inflamatorios, artrosis o problema de artritis en niños. 

Signos de alarma en el malestar de las articulaciones

Cuando un paciente presenta dolor en más de una articulación, hay que prestar mayor atención en caso de que aparezca:

- Enrojecimiento o inflamación en la zona.

- Erupciones o manchas.

- Úlceras en la boca, nariz o genitales.

- Dolor ocular.

- Problemas respiratorios, tos grave o dolor torácico/abdominal.

- Pérdida de peso.

- Sudoración o fiebre.

Cómo tratar el problema

La mayoría de los síntomas se alivian por sí solos, pero si eso no sucede, lo más recomendable es acudir con el médico. Él hará una revisión más detallada para saber el origen del malestar y saber qué estudios deben realizarse para poder tener un diagnóstico exacto. En algunos casos puede recetar algún fármaco antiinflamatorio no esteroideo, inmovilizar la articulación con cabestrillo o férula, aplicar calor o frío en la zona afectada. La fisioterapia puede ayudar a mantener o mejorar la amplitud de movimiento y fortalecer los músculos.

En el caso de los adultos mayores

La artritis reumatoide suele presentarse entre los 30 y 40 años, pero también puede iniciar después de los 60 años de edad. Si un adulto mayor llega a tener artritis reumatoide, podría tener también cáncer. La American Society of Clinical Oncology señala que el dolor en las articulaciones puede ser un efecto secundario del cáncer y su tratamiento. Aunque también puede tratarse de otro factor que no tenga relación con esta enfermedad.

Cuál es la causa del dolor en las articulaciones cuando se tiene cáncer

Hay ciertos tipos de cáncer que causan dolor en las articulaciones. Por ejemplo, el cáncer de huesos, está cerca o sobre las articulaciones y origina la molestia. En el caso del cáncer de pulmón, de mama, de próstata o el mieloma múltiple, pueden extenderse al hueso. Incluso la leucemia puede hacer que las células cancerosas se queden en las articulaciones.

Además de la enfermedad, el tratamiento puede ser la causa del dolor. En este caso, las molestias desaparecen luego del tratamiento. La quimioterapia (bleomicina, cladribina, L-asparaginasa, paclitaxel y otras que contengan taxanos; pueden causar molestia), los inhibidores de la aromatasa, algunos tratamientos hormonales, la inmunoterapia, ciertos medicamentos o algunas terapias dirigidas pueden ser las responsables del malestar.