20 fobias que no sabías que existían

Por: Marisela Valencia

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Araquibutirofobia: miedo irracional a la crema de cacahuate… o más bien, a que ésta se quede pegada en el paladar, principalmente por el miedo a asfixiarse como consecuencia de esto. Cortesía: iStock

Hipopotomonstrosesquipedaliofobia: miedo irracional a las palabras largas. Suele presentarse en quienes sufrieron un trauma con este tipo de palabras, por ejemplo, en la escuela. Cortesía: iStock

Ablutofobia: miedo irracional a bañarse o lavarse, lo cual deriva en problemas de higiene. Asimismo, el mal olor, suciedad y descuido, puede llevar al aislamiento social y afectar la vida laboral. Cortesía: iStock

Aliumfobia: miedo irracional al ajo, aunque también puede extenderse a otras plantas de olores similares como cebollas, chalotes o puerros. Cortesía: iStock

Aritmofobia: miedo irracional a los números. Aunque las matemáticas son de las materias menos apreciadas, también son causantes de ansiedad para aquellos que hasta las operaciones de la vida diaria detonan su fobia. Cortesía: iStock

Plutofobia: miedo irracional al dinero. Al parecer no todos le dan el mismo valor al dinero, algunos le temen no sólo al dinero, sino a la gente rica o la posibilidad de generar riqueza. Cortesía: iStock

Gelotofobia: miedo irracional a que se rían de ti. A nadie le gusta ser objeto de burla, sin embargo, esta fobia lo lleva al límite al asumir que las risas ajenas son hacia ellos, lo cual dificulta la interacción. Cortesía: iStock

Omfalofobia: miedo irracional hacia los ombligos. Esto aplica tanto para los ombligos ajenos, como el propio, lo cual complica actividades cotidianas como bañarse o quitarse la ropa. Cortesía: iStock

Clinofobia: miedo irracional a dormir o ir a la cama. Puede presentarse en personas de cualquier edad y derivarse de asociaciones negativas a la hora de irse a la cama. Cortesía: iStock

Xantofobia: miedo irracional al color amarillo. Aunque suene curioso, el temor a este color específicamente es real y, en casos grave, puede significar imposibilidad de siquiera escuchar el nombre. Cortesía: iStock

Caetofobia: miedo irracional al pelo. Esta fobia incluye no sólo el pelo, sino los animales peludos o personas con exceso de vello. Cortesía: iStock

Ptenorofobia: miedo irracional a las cosquillas con plumas. Se le suele atribuir a al sentimiento de angustia que sufre un niño cuando insisten en hacerle cosquillas, lo cual se proyecta en su adultez. Cortesía: iStock

Catisofobia: miedo irracional a sentarse. Especialistas señalan que podría ser una reacción a haber sido obligado a sentarse sobre objetos agudos o calientes como tortura. Cortesía: iStock

Ergofobia: miedo irracional al trabajo. Esto se manifiesta con síntomas de ansiedad relacionados con las actividades profesionales, lo que lleva a evitar presentarse en el lugar de trabajo. Cortesía: iStock

Pogonofobia: miedo irracional a las barbas. Puede ser a la barba y bigote en general, o a una en específico, por lo tanto, su ansiedad se detona al estar en contacto con ellas. Cortesía: iStock

Neofobia: miedo irracional a las cosas o experiencias nuevas. De ella se deriva la neofobia alimentaria, muy común en niños, lo cual lleva a evitar el consumo de ciertos alimentos desconocidos. Cortesía: iStock

Ataxofobia: miedo irracional al desorden. El ver algo que no está organizado a su gusto, puede desencadenar sensaciones de ansiedad, lo que lleva a evitar que alguien se acerque a sus cosas. Cortesía: iStock

Genufobia: miedo irracional a las rodillas. Así como ocurre con otras partes del cuerpo, quienes sufren esta fobia, se ven afectados cuando alguien, o ellos mismos, expone esta zona. Cortesía: iStock

Kinemortofobia: miedo irracional a los zombies. No sólo se trata de un miedo a encontrarse a estos personajes, sino a convertirse en uno de ellos. Cortesía: iStock

Fobofobia: miedo al miedo. Así es, aunque suene a redundancia, esta fobia se basa en sentir un abrumador temor a vivir situaciones que causen miedo o angustia, incluso miedo a tener una fobia. Cortesía: iStock

Es natural temer a ciertas cosas, al final el miedo es parte de un instinto natural de supervivencia, el problema es cuando ese temor se vuelve incontrolable, convirtiéndose en una fobia que puede incluso afectar el desempeño social y laboral de quien la padece.

Aunque las fobias pueden parecer inexplicables para las personas externas, son algo real para quien las padece. Según Mayo Clinic, una fobia específica es un temor abrumador e irracional a algo que representa un peligro real pequeño, pero provoca ansiedad y conductas de evitación.

Entre las reacciones que pueden provocar, están:

- Temor automático e intenso al exponerse a lo que causa temor, así como ansiedad o pánico.

- No poder controlar los temores a pesar de entender su origen irracional o exagerado.

- Evitar el objeto o situación, o soportarlo con ansiedad y temor extremo.

- Dificultad para desempeñarse normalmente por el temor.

- Reacciones físicas como sudoración, latidos acelerados, opresión en el pecho y dificultad para respirar.

Entre las fobias más comunes están la agorafobia o miedo a los espacios abiertos, claustrofobia o miedo a los espacios cerrados; glosofobia o miedo a hablar en público, entre otras, sin embargo, existen otras menos conocidas.

Entra a nuestra fotogalería para conocerlas, así podrás entender mejor a quien las padece.