Sexo con prostitutas reafirma identidad masculina

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Sexo con prostitutas
Sexo con prostitutas
J. Manuel Reyes

POR: J. Manuel Reyes

Editor de Salud180.com Aficionado a las nuevas ideas. Una palabra lo cambia todo.

25-04-2012

Existen distintas razones para que un hombre pague para tener sexo con prostitutas, pero para algunos expertos, los principales motivos que tiene un hombre son denigrar a la mujer y reafirmar su identidad sexual.

 

Los clientes de la prostitución que compran sexo en cabarets, casas de masajes, zonas rojas o por medio de servicios especiales de alta categoría, son en su mayoría hombres.

 

La gran cantidad de hombres que consumen sexo hace que no se los pueda considerar enfermos, sino más bien personas que necesitan manifestar su necesidad de abusar del poder y su falta de respeto por toda ética humana.

 

El consumo de sexo como mercancía es un problema social, psicológico, cultural, político y ético en todo el mundo y define la relación que todavía subyace en la relación hombre mujer, porque el hecho de contar el hombre con el potencial viril y el dinero, anula la condición del otro como sujeto.

 

Representa un modelo cultural que convierte en macho a quien se atreve a dominar a las mujeres, incluso frente a los otros. Los expertos están de acuerdo en afirmar que estos hombres no pueden disfrutar del sexo con amor, sino solamente mediante la humillación de la mujer.

 

 

Muchos varones no logran asociar el amor con la pasión y permanecen disociados siempre, anclados en una etapa inmadura del desarrollo psicosexual.

Un hombre puede amar a una mujer pero no sentir atracción sexual y sentirse atraído sexualmente por otra sin amarla.

 

El trabajo de prostituta, que es el más antiguo del mundo, exige a la mujer simular placer cuando realiza actos denigrantes, fingir orgasmos, tolerar toda clase de vejámenes e invasión a su cuerpo sin oponer resistencia y arriesgando su salud.

 

Estos hombres acostumbran a elegir cuerpos como si fueran objetos y al pagar por sexo, se convierten en clientes que tienen el derecho de satisfacerse.

 

Aunque en la mayoría de los países la prostitución se condena, en algunos se la considera una ocupación legal con los mismos derechos que tienen otros trabajos, como en Suecia. Por lo cual, poco a poco se va tomando conciencia de los problemas que están ocultos bajo esta práctica.

 

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