Esquizofrenia afecta a uno de cada mil mexicanos

La esquizofrenia es una enfermedad mental, crónica e incapacitante; afecta a uno de cada mil mexicanos y a 1% de la población mundial. Este padecimiento no es curable, pero el diagnóstico y tratamiento oportuno permiten a los pacientes mejorar su calidad de vida.

A pesar de la prevalencia y la carga de este trastorno, 60% de los enfermos no reciben tratamiento ni atención oportuna y, cuando la obtienen 74% abandona la medicación en el primer año y medio.

Lo anterior genera algún grado de discapacidad en los pacientes hasta en 80% de los casos, así como costos para el sistema de salud pública mexicana por alrededor de 75 mil pesos al año por paciente que tiene una recaída por un episodio sicótico.

Un paciente que abandona el tratamiento puede presentar tres o cuatro episodios sicóticos por año, lo cual impacta su economía, entorno familiar, laboral y calidad de vida, asegura Eduardo Madrigal, ex presidente de la Asociación Siquiátrica Mexicana.

Agrega que a pesar de que la esquizofrenia no tiene cura, un enfermo puede reintegrarse a la sociedad si recibe un diagnóstico, atención y tratamiento de largo plazo.

  Guía terapéutica

Para contribuir con la atención oportuna y tratamiento adecuado, la Asociación Siquiátrica Mexicana dio a conocer la Primera guía terapéutica para el manejo de la esquizofrenia, con la que busca mejorar los diagnósticos y la atención en pacientes.

La Guía contempla un programa para la atención y tratamiento adecuado; recomendaciones para el uso de antisicóticos, temas de rehabilitación, intervención de la familia, criterios de evaluación y diagnóstico.

  Factores de riesgo

El ex presidente de la Asociación Siquiátrica Mexicana explico a Salud180 que la esquizofrenia se desarrolla principalmente por una predisposición genética.

Si uno de tus padres sufre de esquizofrenia, tienes 80% de probabilidades de desarrollarla; pero si tienes un hermano con esta enfermedad las posibilidades son 50%; si es un primo cercano 23% y uno lejano 15%. Entre más cercano es el parentesco hay más riesgo, dijo el especialista.

La edad más frecuente en la que se detona la enfermedad es entre los 10 y 25 años y afecta principalmente a los hombres. En las mujeres se comienza a desarrollar entre los 25 a los 35 años.

Entre los síntomas identificables están: pensamientos desordenados, creencias falsas como de persecución, alucinaciones, alteración de las emociones, aislamiento social y depresión, entre otros.

Las personas con esquizofrenia tienen predisposición de padecer otros problemas como accidentes, suicidios, síndrome metabólico, hipertensión, así como abuso de alcohol, entre otros.

Por ello, es muy importante que sigan un tratamiento integral que englobe apoyo familiar, uso de medicamentos, dieta enfocada a lo vegetariano, no beber alcohol, dormir ocho horas diarias, no desvelarse, caminar una hora diaria, no imponerles cargas o exigencias y evitar estresarse.

Actualmente, los enfermos de esquizofrenia tienen más opciones terapéuticas para evitar que abandonen el tratamiento, menos efectos secundarios, lo que se traduce en una mayor calidad de vida.