¿Te gusta reclamar por todo? ¡Cuidado! Este es el efecto en tu salud...

No te limitas a la hora de expresar tu inconformidad. Es más, digamos que para ti el disgusto, hasta porque “vuela la mosca”, es una especie de modus vivendi… ¡Cuidado! Tu bienestar podría verse afectado.

Investigadores de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, han descubierto que el hábito de reclamar y quejarse de manera constante puede reducir una parte de tu cerebro. Específicamente el hipocampo, mismo que se activa al resolver problemas y procesar la información.

Además, tu sistema inmune podría verse debilitado. Esto, porque al reclamar generas mayor cantidad de cortisol, la llamada hormona del estrés.

Ésta actúa de manera negativa sobre tus defensas y te vuelve vulnerable a distintos padecimientos como diabetes o afecciones del corazón.

Sin omitir que aumenta la presión sanguínea, genera problemas reproductivos (por ejemplo, abortos), obesidad, osteoporosis, menstruación irregular, cansancio, envejecimiento prematuro, insomnio, irritabilidad, ansiedad y depresión.

Mientras más reclames, será peor el efecto negativo. Tu cerebro se progamará, hasta llegar al punto en que esta actitud se convierta en un patrón.

Deja los reclamos y aprende a relajarte. Vida solo hay una y es para gozarse.

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¿Cómo es esto posible? Al reclamar,