Cuando los bebés no succionan el pecho materno

Según la Liga de La Leche, muchos de los fracasos del amamantamiento están ligados a supuestos problemas de succión del bebé. Con frecuencia, las madres comentan que su bebé no sabe succionar, le muerde el pezón, se desespera en el seno, no sube de peso, o le agrieta los pezones. Un cuadro así invita a suspender la lactancia. Sin embargo, como muchos otros problemas relacionados con el tema, se trata generalmente de dificultades producto de una mala práctica al amamantar.

Cómo succionan los bebés

Para comprender mejor los problemas de succión, dicen los expertos de Lactaria, lo mejor es comenzar por conocer lo que significa un buen agarre del seno. En la mama, las mandíbulas y la lengua del bebé deben trabajar de manera coordinada. Cuando el bebé toma el seno, su lengua forma un canal debajo del pecho y se apoya rítmicamente, presionándolo contra el paladar. Esto aplana y alarga la parte de la areola situada atrás del pezón; entonces, la parte posterior de la lengua del bebé forma un canal que permite a la leche salir del pezón. Enseguida, el bebé traga y respira. Sus labios se retraen y aprietan contra el pecho para mantener la succión.

La confusión seno/chupones

El ejemplo típico de los problemas de succión producidos por una mala práctica de lactancia, es la confusión seno/chupón. Para la Liga de La Leche y otros expertos en el tema, lo ideal sería que los biberones y chupones dejaran de ser tan importantes en la vida de los bebés actuales; incluso, hay indicios de que podrían ser nocivos y comprometer el comienzo del amamantamiento.

La mayoría de los bebés, durante las tres o cuatro semanas siguientes al nacimiento, no saben si deben succionar un chupón o la mama. Para ciertos bebés, basta una semana para que comiencen los signos de confusión. Para otros, uno o dos biberones, o las pezoneras de silicona, serán suficientes para provocar problemas. Cuando un bebé amamantado toma leche del biberón como si succionara del pecho de su madre, es inmediatamente inundado por un mar de líquido. Esto lo obliga a disminuir el flujo de la leche echando su lengua hacia la parte posterior de la boca para evitar ahogarse. Sus labios se cierran sobre el chupón rígido y sus mandíbulas no tienen nada qué hacer.

La leche llega inmediatamente sin esperar un reflejo de eyección. La confusión aumenta cuando se le amamanta enseguida de la misma manera que come del biberón. ¿El resultado?: no obtiene casi nada de leche y en cambio hay un gran riesgo de provocar dolores y grietas en el pezón de la madre. Otros problemas de succión pueden deberse a problemas causados por una mala colocación del bebé en el seno lo que provoca una pobre ingesta de leche; entonces, el bebé querrá comer con más frecuencia, agravando el estado de los pezones.

Los bebés que tienen una succión débil

La inmensa mayoría de los bebés nacidos a término y en buena salud, saben succionar de forma natural y deglutir desde el nacimiento. No tendrán problemas salvo si hay interferencia con los biberones de complemento y otros chupones. No obstante, un pequeño número de infantes no alcanzan a succionar eficazmente. Las razones más frecuentes son las perturbaciones durante el período neonatal como hipoglicemia, hipoxia, ictericia, anestesia y analgesia de la madre durante el parto, incluida la epidural, así como la llamada inmadurez del sistema nervioso central. Algunos de estos problemas pueden ser evitados cuando las condiciones del nacimiento y de los primeros días propician la cercanía de la madre con su bebé.