Deseo sexual en hombres y mujeres

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Después de la pasión se pasa a los lazos afectivos
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POR: Salud180.com

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23-09-2011

 

El deseo es una ansiedad placentera de carácter erótico. El sexólogo clínico mexicano David Barrios lo define como “un estado anímico, una propensión a excitarse y un cúmulo de sensaciones agradables”.

De acuerdo con información de CNN, desde el punto de vista fisiológico, es la curva de la respuesta sexual que incluye tres elementos: el deseo, la excitación y el orgasmo.

 

El deseo se modifica con el tiempo; en un inicio es muy intenso y después se convierte en algo maduro y pasional. Para Larissa García de Alba, psicoanalista de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM), esta energía psíquica tiene tres etapas: intimidad, complicidad y compañía.

 

David M. Buss, catedrático de psicología social de la Universidad de Texas, asegura que en la mayoría de las sociedades las mujeres son más selectivas sexualmente. La atracción sexual obedece a aspectos cognitivos, afectivos y neurobiológicos, así como a factores internos y externos.

 

Grammer señala que “el gusto de las mujeres varía según el momento de su ciclo menstrual”, aunque de acuerdo con algunos estudios, también la belleza, la simetría y la procedencia intelectual y económica son factores que determinan la atracción sexual.

Por su parte, Laura Berman, directora del Berman Center en Chicago, afirma que somos capaces de producir 10 mil aromas diferentes de manera consciente y otros muchos que no percibimos.

 

 

Al segregarse la oxitocina, conocida como la hormona del amor,  sentimos la necesidad de estar con alguien, apunta Grammer. Tiempo después (entre seis meses y dos años) se pasa de la pasión a los lazos afectivos, y es entonces cuando el cerebro produce endorfinas, aunque  los científicos también apuntan que el deseo está regulado por la feniletinalamina, de la cual necesitamos dosis cada vez mayores para mantener los niveles de erotismo.

 

El interés y la excitación sexuales se generan en la amígdala. El sistema límbico, formado por un anillo alrededor del órgano del olfato, regula las sensaciones de placer y la inhibición del comportamiento erótico.

 

Hay diversos factores de autocensura, producto de los códigos aprendidos sobre lo que es y no es el deseo, que pasan por el filtro de la valoración social o cultural, y define a quién escogemos y cómo lo hacemos, lo cual es aún más estricto con las mujeres.

 

El deseo es igual en hombres y mujeres, en el sentido estrictamente biológico, pero la educación es la encargada de establecer distinciones. En las mujeres no se considera un valor positivo, mientras que para los hombres representa una cualidad de su virilidad.

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