Sexualidad femenina a flor de piel

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Samuel Arroyo

POR: Samuel Arroyo

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25-04-2011

El orgasmo es una de las mayores sensaciones que una mujer puede experimentar a lo largo de su vida. Un descarga de endorfinas se apropia de su cuerpo y provoca una gran sensación de bienestar y de confort. Lamentablemente, en pleno siglo XXI aun hay chicas que jamás han sentido este estallido de placer en su interior. Esto se debe a que, desde un punto de vista científico, el cuerpo de las mujeres no está programado para disfrutar.

 

A diferencia de lo que pasa con los hombres que tienen la necesidad fisiológica de eyacular para reproducirse, lo cual provoca un placer per sé (por si mismo), las mujeres no lo necesitan, ni para cumplir el ciclo reproductivo ni para sentir un orgasmo. Luego entonces, si el cuerpo no lo produce de manera natural, la mujer tiene que obtenerlos por medios externos. Esto responde la pregunta común de por qué para ellos es tan fácil excitarse y tener un orgasmo, y para ellas es un tanto más complicado, en ocasiones, llegar a la cumbre del placer.

 

A pesar de lo anterior, el cuerpo de la mujer sí esta preparado para tener sensaciones muy por encima que los del cuerpo del hombre es capaz de conocer. Los genitales femeninos, en especial el clítoris, están compuesto por más 8 mil terminaciones nerviosas, lo que provoca que sea una de las zonas más sensibles de todo el cuerpo. Es entonces el lugar propicio para producir esa experiencia sensitiva y placentera por excelencia: el orgasmo.

 

 

Por desgracia, en muchas culturas, aún en estos tiempos, el placer en las mujeres es completamente satanizado; ya se por creencias religiosas o por presiones sociales. A esto se debe que ante este tipo de temas exista un velo que les resulta muy difícil de franquear. Para poder alcanzar una plenitud sexual, requieres dejar de lado todos eso prejuicios y tabúes que te impiden lograrlo, siempre y cuando no atente de ninguna manera contra tu integridad, sino por el contrario, que te acerque en cada paso al placer y al bienestar físico y sexual.

 

Para aquellas mujeres que sientan gran dificultad en el camino hacia el orgasmo, es necesario recordar que antes de esperar recibir placer con la pareja, lo ideal es conocerse y sentir placer por si mismas. Para ello estos son sólo algunos útiles consejos para que el camino sea más sencillo y por demás placentero:

 

  • La masturbación es una excelente manera de descubrir lo que te gusta, el modo, la forma y el lugar en donde más disfrutas. Llevar a cabo esta práctica tiene grandes beneficios para mejorar la sexualidad en pareja y para conocer sensaciones que tal vez te resultaban completamente ajenas
  • Los vibradores son muy recomendados por los sexólogos en casos de problemas con el orgasmo.  Los vibradores, o dildos, ayudan a la mujer a  conocer y despertar sus zonas erógenas mediante la estimulación vibratoria; ésta hace que las zonas, de por sí sensibles, se sensibilicen aún más
  • Usa un espejo. Acuéstate boca arriba con tu pelvis elevada sobre una almohadas y observa con detenimiento tus genitales. Además de mirarlos, puedes tocarlos y sentirlos. Este ejercicio es de autoconocimiento.  Mediante la visión y el tacto, estarás más segura de las caricias que esas zonas desean recibir.
  • ¡Nunca olvides que eres una persona única y que tus sensaciones son muy propias de ti misma!. No te agobies pensando que no sientes lo mismo que otras mujeres dicen sentir durante sus experiencias sexuales. Cada mujer es diferente, y por lo mismo cada uno tiene formas distintas de sentir. Cada cuerpo tiene sus propios medios de expresar el placer.
  • El cuerpo de la mujer esta especialmente hecho para sentir. El orgasmo puede venir por estimulación del clítoris, de la vagina o de la mente Si! También existen los orgasmos sin estimulación física). Así que experimenta y descubre cual o cuales de estos tres te acomodan más, así podrás poner mayor empeño en ellos; pero no descuides la sexualidad de las otras zonas, la curiosidad por otros tipos de excitación en estos casos puede ser una gran aliada.

 

Estos son sólo algunos consejos, pero la última palabra la tienes tú. Disfruta tu cuerpo y, seguramente, alcanzarás la plenitud sexual contigo misma y con tu pareja.

 

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