Morbo sexual, ¿dónde está el límite?

Por: Diana Oliva

Más allá de lo convencional, besos, caricias y sexo, dentro de las prácticas sexuales interactúan una infinidad de elementos y acciones que en muchos casos pueden estimular el deseo entre la pareja, pero en otros se convierten en una forma de humillación, dolor y crueldad; ejemplo, el morbo sexual; pero, ¿cuál es el límite?

 

El morbo es difícil de definir porque es subjetivo, en el Diccionario de la Real Academia Española se define como el interés malsano por personas o cosas. Sin embargo, cuando se habla de morbo en un sentido sexual, se suele referir a personas que poseen deseo o fantasean con una persona, situación u objeto. 

 

El morbo sexual está íntimamente ligado al concepto: sexo-pecado. Es aquí donde éste se convierte en algo fuero de lo establecido, pero también ingrediente para aumentar el erotismo y satisfacción dentro del acto sexual.

 

Las prácticas sexuales, parte de ellas el morbo, le añaden variedad a la vida sexual si se practica de manera suave como es el empleo de juguetes sexuales, erotismo o juegos como el bondage.

 

Pero a veces se busca más. Eugenio López, psicólogo y sexólogo, indica que en ocasiones lo sutil se vuelve grosero y ordinario, y que el deseo se puede convertir muy rápido en perversión y hasta crueldad física y psicológica.

 

Salud180.com te presenta algunas señales que te podrán ayudar a saber si el morbo sexual se ha convertido en algo más que en estimulo:

 

1. La práctica sexual te produce dolor o humillación.

 

2. Es obsesiva. Es indispensable para la excitación o para llegar al orgasmo.

 

3. Se pierde la comunicación en la pareja.

 

4. No se respeta las emociones y deseos del otro. El acto íntimo se vuelve una acción de violencia.

 

Las prácticas sexuales benefician la relación de pareja siempre que exista confianza y respeto.

 

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