Este cuerpo no me pertenece

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Fuente: Photos.com

A las personas que nacen con un cuerpo biológico, pero sienten que esa anatomía no les pertenece, se les ha determinado como transexuales: personas que viven  un conflicto entre su identidad de género y su sexo biológico.

 

Cuando hablamos de la identidad de género nos referimos a nuestra convicción de comportarnos de acuerdo a lo establecido socialmente como femenino o masculino. Esto suele coincidir con nuestro sexo biológico, el cual se determina por la distinción entre hombres y mujeres a partir la apariencia de los genitales y de los caracteres sexuales secundarios (masa muscular, tono de voz, distribución de grasa, etcétera).

 

Lo común es que una mujer se identifique con el género femenino y un hombre con el género masculino. Los transexuales enfrentan una condición distinta. Debido a que la identidad de género no corresponde con el sexo biológico, ellos viven con la sensación de ser un hombre en cuerpo de mujer o viceversa.

 

Aunque suele confundirse con la homosexualidad, esta última se refiere a la orientación sexual, o sea, de quien me enamoro o me siento atraído sexualmente; en tanto la transexualidad tiene que ver con la autopercepción.

 

El origen de la transexualidad no se sabe con exactitud; sin embargo, algunos investigadores plantean que es una condición con la que se nace debido a ciertos factores prenatales que no en el sexo biológico.

 

“Pensamos que las hormonas del feto no hacen su trabajo en algunas áreas del cerebro que regulan la conducta sexual, básicamente en el hipotálamo, de donde surge la glándula hipófisis  o pituitaria, encargada de la producción de hormonas de casi todo el cuerpo, de la función sexual y reproductora, entre otras funciones”, explicó Rafael Salin-Pascual, coordinador de la Clínica de la Diversidad Sexual de la Facultad de Medicina de la UNAM.

 

Particularmente, dijo, ciertas anomalías en la producción de hormonas sexuales durante la gestación pueden tener un impacto en el “centro de la identidad de género” localizado en el hipotálamo.

 

“Hasta la semana 14 de la gestación, todos los cerebros son femeninos. A partir de ese momento, los cromosomas actúan para formar ovarios o testículos, estructuras que se encargarán de controlar los niveles de hormonas y el sexo biológico.

 

Si, por ejemplo, el testículo del feto no produce suficientes niveles de testosterona o no hay receptores para ella, el resultado puede ser una diferenciación parcial o incompleta del centro de la identidad de género”.

 

El especialista señaló que otras teorías biológicas sugieren que la transexualidad puede deberse a la exposición del feto a concentraciones inadecuadas de hormonas del otro sexo, ya sea por factores genéticos, el estrés y la toma de fármacos o tratamientos hormonales durante el embarazo.

 

Desde el punto de vista psicosocial, se mencionan condiciones de crianza y desarrollo en la infancia como posibles causas. Por ejemplo, si los padres fomentan en el hijo conductas incoherentes a su sexo biológico.

 

Hasta el momento, ninguna explicación ha sido comprobada totalmente. “Lo que sí está claro es que no es una enfermedad, tampoco se hereda ni es voluntario”, destaca Salin-Pascual.

 

 

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Aclaracion:

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