Espermiograma detecta la infertilidad masculina

El 40% de los casos de infertilidad en parejas mexicanas es responsabilidad de los varones. Por ello, cuidar la salud reproductiva masculina ayuda a disminuir significativamente la incidencia de este padecimiento.

Mientras que hay estudios que demuestran que la fertilidad de las mujeres comienza a decaer aproximadamente a los 35 años, se ha descubierto que la fertilidad del hombre se puede ver afectada, en algunos casos, desde los 39 años aproximadamente.

No obstante, la infertilidad masculina se puede detectar a través del estudio llamado espermiograma, donde se mide el número, actividad y firma de los espermatozoides.

Un resultado normal en esta prueba sería un conteo de espermatozoides de 15-20 millones por mililitro, con un movimiento entre el 35% y el 50%, con formas normales en un rango mayor o igual a un 4%.

De acuerdo con los especialistas del Instituto Especializado en Infertilidad y Medicina Reproductiva (INSEMER), dentro de las causas masculinas que producen infertilidad se agrupan todos los motivos que pueden condicionar una disminución en la calidad y cantidad de los espermatozoides.

La infertilidad masculina ya no es un mito

Estudios recientes demuestran que la infertilidad masculina ha dejado de ser un mito y, gracias a los avances realizados por los científicos, se ha determinado la importancia que tiene el rol del hombre en la fecundación.

En 2003, por ejemplo, una investigación llevada a cabo por la BBC demostró que muchos hombres infértiles poseían altos vestigios de plomo tóxico en su sangre, que se absorbe por medio de la bebida, el cigarrillo y la falta de ejercicio. Esta sustancia afecta negativamente el funcionamiento óptimo del esperma, no permitiéndole fertilizar los óvulos.

Por otro lado, las causas más comunes de infertilidad son:

Además, existen diversas técnicas de reproducción asistida que ofrecen muy buenos resultados. Los médicos del INSEMER señalan que más de la mitad de los casos de esterilidad masculina puede corregirse, por ejemplo, con el uso de la inyección intracitoplasmática de espermatozoides.

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