¿Erotismo inorgánico?

Por: J. Manuel Reyes

El empleo de vibradores, estimuladores y muñecas cada vez más sofisticadas promueven y permiten un mayor acceso al placer sexual, ya sea como individuo o en pareja, por lo que se han convertido en una parte divertida y nueva de vivir la sensualidad y el erotismo.

 

Sin embargo, más allá de los conocidos juguetes sexuales, la tecnología apunta más allá de sólo un sencillo entretenimiento, más bien hacia un sofisticado erotismo gracias al desarrollo de clones y androides.
 

 

Robots hiperrealistas capaces de capaz de semejar la perfección física, tanto de un hombre como de una mujer, y de complacer todos los deseos sexuales que le puedan ser programados, además de contar con inteligencia artificial que les permite cierta independencia.

 

De acuerdo con los investigadores Ian Yeoman y Michelle Mars, de la Universidad de Wellington, Nueva Zelanda,  “para el 2050 los robots sexuales se convertirán en los principales protagonistas del sexo”.

 

Esta revolución tecnológica será posible gracias a la labor de los ingenieros que han creado una nueva generación de androides, hechos de un material resistente a las bacterias, con los cuales planean (en un futuro no muy lejano) remplazar a las prostitutas de Amsterdam.

 

Pronto este tipo de servicio se pondrá en marcha de manera más privada, debido a que su costo oscilará en los 7500 euros, sin embargo, explican los ingenieros, se tendrá la posibilidad de elegir cualquier nacionalidad del androide y una inmensa variedad de sus características morfológicas.

 

Lo anterior apunta como una de las consecuencias de la industrialización del sexo, de la mecanización de la intimidad, debido a que mucha de la actual tecnología de punta ha sido aplicada, probada y comprobada, dentro de la industria de la pornografía.

 

De acuerdo con Mario Perniola, autor del libro "El sex appeal de lo inorgánico", comenta que “el hombre y la mujer están a un paso de cambiar una sexualidad orgánica y orgiástica, basada en la diferencia de los sexos y guiada por el deseo y el placer, por otra neutra, inorgánica, sustentada en una excitación abstracta e infinita, siempre disponible, y sin reparos en lo que se refiere a la belleza, la edad y, en general, a la forma”.

 

El futuro parece deparar mujeres y hombres perfectos, superdotados y muy complacientes, incluso se habla de nuevas formas de erotismo telepático, pero al final, somos nosotros quienes tenemos la última decisión. Y tú, ¿cómo quieres tu androide?

 

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