El parásito del sexo

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Según la OMS, el condón es el mejor recurso preventivo si tienes una vida sexual activa. Claro, si lo usas adecuadamente y en cada encuentro sexual; de lo contrario, puedes transmitir o contraer una infección.

Imposible olvidar aquella noche. ¿Cómo deshacerte de los momentos en que su cuerpo estaba entre tus brazos? Se acariciaron con la mirada, con los labios… aliento con aliento…tus manos recorrieron su piel hasta los espacios más íntimos. El contacto culminó con el placer sexual más intenso.

 

Te sentiste deseado, seducido, complacido… —Y ¿usaste protección?—  pregunta tu mejor amigo. Su curiosidad te coloca los pies en la tierra. Esa noche maravillosa el condón fue el gran ausente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que hoy por hoy el condón es el mejor recurso preventivo si tienes una vida sexual activa. Claro, si lo usas adecuadamente y en cada encuentro sexual. De lo contrario, puedes transmitir o contraer una infección.

 

Por ejemplo, un parásito llamado Trichomonas vaginalis puede llegar a tus genitales, alojarse en las células de la uretra o la vagina  y causar tricomoniasis, una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes tanto en hombres como en mujeres.

Dicho microorganismo generalmente no produce malestares en los varones, por lo que rara vez saben que son portadores. Lo grave es que pueden estar infectando a su pareja sexual sin darse cuenta.

  Estrategias de ataque

Sin ser mortal, la tricomoniasis sí puede generar complicaciones graves en las mujeres, desde la sensación de picazón en la vagina, flujo maloliente y “cérvix de fresa” (una  inflamación del cuello uterino acompañada de pequeños puntos rojos hemorrágicos), hasta endometriosis, infertilidad, partos prematuros y mayor susceptibilidad al contagio del VIH/sida.

 

La doctora Imelda López Villaseñor, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, explica que hay varios factores involucrados en el desarrollo de la enfermedad y sus secuelas en la población femenina. Entre éstos menciona a las adhesinas, unas moléculas que se encuentran en la superficie del parásito y le permiten adherirse a las células de la cavidad vaginal.

“Esto es interesante porque durante el ciclo menstrual se eliminan células y tejido del epitelio vaginal; pensaríamos entonces que durante la menstruación el parásito se expulsa, pero no es así. Sucede que en presencia de hierro (un elemento abundante en los eritrocitos de la sangre), algunas moléculas y proteínas propias del parásito se expresan más; por ejemplo, las adhesinas. Por lo tanto, al haber más moléculas adhesinas, el parásito cobra mayor fuerza para pegarse a las células y los síntomas se exacerban.”

 

Hoy en día la estrategia médica para erradicar la tricomoniasis consiste en la administración de metronidazol a la mujer y su pareja sexual. Sin embargo, existe el riesgo de volver a infectarse, debido a que el sistema inmunológico humano es incapaz de crear defensas contra el parásito. Por este y otros motivos Trichomonas vaginalis sigue en la mira de los científicos.
 

 

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Aclaracion:

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