Discriminación sexual de tu pareja
POR: Salud180.com
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Etnia, aspecto físico, grado de escolaridad, percepciones económicas, profesión, trabajo, religión y roles sociales y familiares, son algunas de las principales razones por las que se genera la discriminación entre una pareja, a lo cual, el ámbito sexual tampoco escapa.
De acuerdo con un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la discriminación sexual, que forma parte de la violencia sexual, afecta primordialmente a las mujeres entre los 14 y 65 años, de las cuales, alrededor del 70% ha recibido algún tipo de agresión durante su vida.
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Discriminación sexual
La discriminación sexual implica uno o una serie de actos de violencia hacia una persona tan sólo por su sexo o género, explica el psicólogo Roberto Soto y Ramírez, del Instituto Mexicano de la Sexualidad (IMESEX), quien añade que esto puede suceder en cualquier ámbito de la vida, como dentro de una relación de pareja.
Una de las principales razones por las que se lleva a cabo la discriminación sexual en pareja, explica el sexólogo, se debe a estereotipos y creencias fundamentadas en una educación tradicionalista, la que implica un notable apego a los roles establecidos que se le demandan a hombres y mujeres.
Por lo anterior, cuando alguno de los miembros rompe con su rol determinado, la pareja no sabe cómo reaccionar y lo más sencillo (debido a su enojo, ignorancia o falta de entendimiento, es el reclamo y la discriminación, formas de violencia.
En el ámbito sexual, indica el especialista del IMESEX, esto sucede a través de prácticas con las cuales no está de acuerdo la pareja y es forzada, se discrimina por su aspecto físico a través de comentarios sutiles o directos, además de que se emplea la manipulación como parte de un juego de poder, con tal de obtener la satisfacción deseada.
Si bien se considera la discriminación como parte de la violencia sexual, sus primeras señales no se deben pasar por alto para ambos miembros, ya que de no hacerlo desde el inicio, inconscientemente se involucran en una dinámica transgresora y tóxica.
“Compartir la intimidad, deseos, fantasías y juegos en la sexualidad, no es pretexto para sentirse superior o dueño de la otra persona”, explica Ramírez y Soto, sino que al igual que con el resto de las dinámicas de pareja, en el sexo también debe existir equidad, respeto y acuerdos, con el fin de evitar la violencia y discriminación sexual.