5 fases de la relación en pareja

Por: Mariana Peña

Algunas parejas suelen pasar por una especie de síndrome del cansancio afectivo. Esto es, cuando la pasión desaparece y los silencios van ganando terreno; se hace el amor sólo por "checar tarjeta" o por mera urgencia biológica y la relación va menguando. ¿En qué etapa te encuentras?



De acuerdo con los psicólogos norteamericanos Ellyn Bader y Peter Pearson, toda relación de pareja evoluciona y atraviesa ciertas fases que coinciden con la relación madre-hijo. Estas serían:



Fusión (cuando los dos se sienten uno)



Diferenciación (cada uno afirma su propia identidad y pone a prueba su solidez)



Exploración (se pone a prueba la capacidad de tomar distancia del otro con actividades de todo tipo)



Acercamiento (dicen los expertos que si se han superado las tres etapas anteriores, la pareja tiende a unirse más, la comunicación mejora y se establecen condiciones con claridad, cada uno se enriquece con las diferencias del otro)



Complicidad (los dos se involucran más en la construcción de la pareja y en la evolución del otro, abriéndose juntos a lo que les rodea).



Es entonces, la compenetración es total y ambos sienten que juegan en el mismo equipo.

Los secretos de la felicidad en pareja



Por su parte, la doctora Ellen Wachtel, terapeuta de pareja y autora del libro "Nos queremos mucho, pero...", opina que la vida en pareja no tiene por qué ser aburrida, y que se puede y se debe mantener el interés siempre. Para la especialista, hay una serie de consejos que facilitan una relación feliz con la pareja:



Llevar a cabo de forma consciente el noble ejercicio de agradecer. Las parejas que llevan mucho tiempo juntas dejan de reconocer lo que se dan el uno al otro: se han acostumbrado a recibir, sin más. La doctora Wachtel señala que admitir y manifestar lo que nos gusta de nuestra pareja (desde "me gusta cuando cocinas", hasta "me encanta cómo me besas"), y declarar nuestra gratitud por aquello que ha respondido a nuestras necesidades o expectativas, es muy eficaz para intensificar la unión.



"Cómo no convertirse en un zapato viejo". La convivencia cotidiana nos hace olvidar ciertas conductas que, en los albores de una relación, seríamos incapaces de cometer. Por ejemplo: optar por el desaliño, la dejadez o la descortesía suele pasar factura a la relación.



El interés por el compañero o la compañera, explica la experta, se demuestra también haciendo un esfuerzo por ser atractivos y respetuosos. Los buenos modales no han pasado de moda, a pesar de la llegada del teléfono celular y las computadoras personales a nuestras vidas. Cuando se está con la pareja, se trata de evitar levantarse de la mesa para contestar una llamada o tener abierta la computadora para checar el correo mientras estamos cenando.



El trabajo se queda fuera de casa. Finalmente, señala la doctora Wachtel, descargar el mal humor o los lamentos siempre sobre la pareja crea un gran distanciamiento. Es una forma de abuso de confianza.