Homeopatía alternativa medicinal que gana adeptos
Por: Samuel Arroyo
Por: Samuel Arroyo
¿Quién iba a decir que el hijo de una empobrecida familia de pintores de porcelana del este de Alemania sería el fundador de la medicina homeopática? La homeopatía nació hace 200 años de la mano de Samuel Hahnemann, un hombre desilusionado con la medicina académica de su época caracterizada por las sangrías, purgas y altas dosis de fármacos con fuertes efectos secundarios, y fervoroso creyente de las dietas sanas, los ejercicios y las bajas dosis de medicamentos. Basándose en el principio hipocrático de que “lo similar es tratado por lo semejante” o “lo mismo que ha provocado el mal, lo cura”, Hahnemann comenzó a experimentar sobre sí mismo con sustancias como la quinina, la belladona, el mercurio o el azufre.
Aportes de la homeopatía
La homeopatía trata de estimular los esfuerzos autocurativos del organismo, es decir, ante todo desequilibrio, problema o enfermedad, el cuerpo pone en marcha sus reacciones de defensa para restablecer el equilibrio.
Los cuatro pilares de la homeopatía son:
De acuerdo con la Sociedad Española de Medicina Homeopática, estos medicamentos pueden ser indicados en enfermedades y trastornos de tipo otorrinolaringológicos y bronquiales; problemas digestivos, cardiocirculatorios (como la hipertensión arterial o los problemas venosos); problemas osteoarticulares, urológicos y ginecológicos. La homeopatía resulta útil en problemas dermatológicos y oftalmológicos, así como para aliviar cefaleas y migrañas.
Existen, sin embargo, límites dentro de la medicina homeopática en el tratamiento de pacientes con psicosis, enfermedades orgánicas irreversibles o trastornos producidos por la ausencia de sustancias específicas esenciales como las vitaminas, los minerales o los aminoácidos. En personas con hábitos tóxicos (como el alcohol o el tabaquismo) o sometidas a un estrés físico o emocional muy alto, los remedios homeopáticos ayudan a conseguir una mejoría, pero su poder curativo se ve limitado.