Enfermedad de Wilson: el exceso de cobre en tu cuerpo puede afectar el cerebro, los ojos o riñones
Por: María Hernández Vera
Por: María Hernández Vera
Imagina que llevas tu vida con normalidad, cuando de pronto empiezas a tener complicaciones por el exceso de cobre en tu cuerpo. La enfermedad de Wilson se trata de un trastorno hereditario, en el que el exceso de cobre puede ser tóxico para el organismo y dañar diversos órganos.
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La Biblioteca Nacional de Medicina señala que es un trastorno hereditario poco frecuente. Aunque el cuerpo requiere de cobre para estar sano, cuando la cantidad se eleva, resulta tóxico. Esta enfermedad está presente al nacer, aunque los síntomas pueden presentarse entre los 5 y 35 años de edad. El hígado y el sistema nervioso central empiezan a tener daño. La primera señal de alerta es la presencia de un anillo marrón alrededor de la córnea del ojo.
El cobre se obtiene de los alimentos y lo que sobra se desecha por medio de la bilis (sustancia que produce el hígado). Su papel es importante para el desarrollo adecuado de diversas funciones del cuerpo. Por ejemplo, ayuda a que los nervios estén saludables. Aporta colágeno y melanina para la piel.
Mayo Clinic señala que las personas con la enfermedad de Wilson no eliminan de forma correcta el cobre. Más bien sucede lo contrario, pues se acumula y eso supone riesgo para la salud.
Esta enfermedad se presenta desde el nacimiento, pero hasta que se ha acumulado cobre en el cerebro y otros órganos del cuerpo, empezará a haber señales de ella. Los síntomas dependen de la zona afectada.
Puede haber:
Al respecto, la Revista Española de Enfermedades Digestivas señala que puede presentarse como hepatitis crónica a cirrosis. Es una señal de alerta en pacientes de menos de 40 años. También puede haber fallo hepático agudo grave, alteración de la coagulación o encefalopatía hepática. Si se afecta la parte neurológica puede haber tartamudeo, temblor y problemas de coordinación. Entre el 10 y 20 % de pacientes con manifestaciones neurológicas se detecta algún trastorno psiquiátrico.
La Revista Gastroenterología y Hepatología señala varias señales que no debes dejar pasar por alto:
La Revista Española de Enfermedades Digestivas señala que no hay una prueba aislada que establezca el diagnóstico de esta enfermedad. Además, se necesita la correcta interpretación y pruebas complementarias para poder detectar el problema.
La exploración oftálmica con lámpara de hendidura permite detectar el anillo de Kayser-Fleischer. Recalca la Revista Española de Enfermedades Digestivas y el Manual MSD.
También se pueden llevar a cabo análisis de sangre (para medir la concentración de ceruloplasmina, proteína portadora de cobre) y orina o una biopsia hepática (se lleva a cabo cuando última opción, cuando el diagnóstico sigue siendo incierto).
Mayo Clinic señala que puede haber complicaciones mortales como:
Lo más importante es acudir al médico de manera periódica para poder detectar cualquier problema a tiempo.