Veneno de alacrán podría curar el paludismo y matar plagas

El veneno de ciertos alacranes puede ayudar al tratamiento de enfermedades como el paludismo y el control de plagas. Investigadores de la UNAM estudian los beneficios de la ponzoña de estos temidos insectos. 

México alberga una gran biodiversidad de alacranes. En el país existen más de 220 especies, de las cuales únicamente seis son peligrosas para el humano.

Entre ellos, destacan el Centruroides noxius, de Nayarit (el más peligroso de todos); el Centruroides limpidus limpidus, nativo de Morelos, y Centruroides suffusus suffusus, de Durango. Su picadura es tan tóxica que puede provocar la muerte de la víctima por un edema pulmonar o paro cardiorrespiratorio.

En el país, más de 280 mil personas son picadas por alacranes anualmente, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud. No todas las personas acuden al médico,  porque no todos los insectos inyectan ponzoña letal, explicó Lourival Domingos Possani, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM.

En el veneno mortal, explicó, están presentes dos proteínas o toxinas que actúan sobre ciertos receptores de las células humanas: los canales de sodio, llamados así porque permiten la entrada y salida de iones de sodio; y los canales de potasio. Esto ocasiona que se trastorne el funcionamiento de nervios y músculos, al grado que el aparato respiratorio y el corazón dejan de funcionar.

Sin embargo, la ponzoña de más de 200 especies solo paraliza y lesiona a larvas, insectos y otros bichos. Esta propiedad puede ser aprovechada para fines médicos.

El doctor Possani y sus colaboradores encontraron que la proteína escorpina impide el desarrollo del parásito Plasmodium berghei, causante de la malaria murina, que es utilizado como modelo para el estudio del paludismo en humanos.

“Nos percatamos de la acción bactericida que tienen algunos péptidos, como la escorpina; probamos su reacción en parásitos y observamos que actuaba contra el Plasmodium berghei. Ahora tratamos de entender cómo interactúan entre sí”.

Al parecer, el efecto se relaciona con los canales iónicos del parásito. Pero se necesita reconocer de manera precisa el mecanismo de acción de la proteína para poderse utilizar en el control de la malaria, comentó el especialista.

“Cada vez hay más evidencia del potencial farmacológico del veneno de los alacranes. Incluso se ha dicho que sirve para combatir el cáncer, pero esto lo pongo en duda hasta que no se obtengan los resultados de estudios serios, que indiquen la presencia de un péptido capaz de reconocer a la célula cancerígena y que haya sido aislado en un laboratorio”, enfatizó el investigador de la UNAM.

Sin embargo, reconoció que lo que sí está demostrado es el efecto insecticida de ciertos componentes del veneno. 

Encontramos un péptido que es tóxico para algunos insectos; entonces, si pudiéramos añadir esta molécula a plantas, por ejemplo, el maíz, podría ayudarnos a combatir plagas que dañan la producción, concluyó.

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