¿Se contagian las ganas de ir al baño?

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El contagio de las ganas de ir la baño puede deberse a diversas razones: por simple contagio, por imitación (debido a una cuestión social), o por un proceso complejo de empatía, en el que se copia el movimiento y el proceso interno. Fuente: Photos.com
Salud180, El estilo de vida saludable

POR: J. Manuel Reyes

Editor de Salud180.com Aficionado a las nuevas ideas. Una palabra lo cambia todo.

05-03-2013

¿Te ha sucedido que cuando alguien menciona que tiene ganas de ir al baño, inexplicablemente también te surgen las ganas de orinar? Este fenómeno aún no está del todo descifrado, pero se sabe que es real y que obedece a determinada actividad cerebral.

 

Desde un punto de vista psicológico, cuando una persona escucha a otra decir que tiene ganas de orinar, puede llegar a producir un efecto de “anclaje”; es decir, una asociación entre estímulo y respuesta emocional. Algo similar a sentir hambre sólo por el hecho de ver la comida, estornudar porque otro lo hace, o llorar cuando una persona cercana llora.

 

Esta sensación puede obedecer también a la expresión orgánica de cambios emocionales, como sentimientos de soledad, angustia o desamparo, aunque también puede significar hostilidad, despecho o celos, tanto en personas adultas como en menores.

 

De acuerdo con el doctor Benjamín Domínguez, especialista de la Facultad de Psicología de Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esto puede obedecer a diversas razones: por simple contagio, por imitación (debido a una cuestión social), o por un proceso complejo de empatía, en el que se copia el movimiento y el proceso interno.

 

En nuestra mente suceden diversos procesos relacionados con el contagio de las ganas de orinar, como el llamado “cerebro social”, que es un tipo de cerebro desarrollado con neuronas espejo, las cuales regulan dicha sensación y que, además, es más frecuente en mujeres que en hombres, y en jóvenes, más que en mayores.

 

Otra de las causas, regulada por las neuronas espejo, es el Fenómeno de la cognición social o Teoría de la mente, mediante el cual se explica que se producen ciertos cambios internos en el cerebro de una persona sólo por la cercanía con otra, como en el caso de los pacientes con dolor crónico.

 

Esta teoría, detalla el psicólogo de la UNAM, sucede también durante el enamoramiento, debido a que inventamos a otra persona una serie de cualidades, virtudes o defectos que no tiene, haciéndonos sensibles a su presencia o ausencia en niveles diferentes.

 

Un ambiente cargado de sensaciones poco positivas, que conducen al estrés o a la ansiedad, podrían encender “un sistema de alarma” que se pone en marcha cuando nuestro cerebro interpreta que puede existir un problema.

 

En este sentido, bajo un estado de continuo estrés, una persona ve reducida su capacidad de ser sensible, razón por la cual el contagio de las ganas de orinar puede ser considerado un importante marcador de la conducta social.

 

Al igual que sucede en otros procesos de imitación, como la risa o discriminación, este fenómeno tiene relevancia ya que permite determinar el estatus de un paciente con dolor, por el afecto que sienten o dejan de sentir, como en algunos pacientes con cáncer, explica el especialista.

 

Además, de acuerdo con estudios realizados en pacientes con dolor en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE, se sabe que aquellas personas que copian las ganas de orinar cuentan con más defensas inmunológicas, en comparación con quienes no lo hacen.

 

Se trata de la llamada Sensibilidad social, donde nuestras emociones matizan nuestras acciones, convirtiéndose, además, en una manera de evaluar qué tan sociable, empática y/o solidaria es una persona.

 

 

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