¿Sabes identificar cuándo tienes hambre?

Las personas comemos por muchas razones, algunas veces comemos por hambre, otras veces por satisfacer nuestro paladar y, en ocasiones, por aburrimiento, ansiedad, tristeza o felicidad. 

Sin embargo, existen algunas señales que nos indican que debemos dejar de comer, las cuales son distintas y generalmente las asociamos a una sensación de satisfacción.

Saber reconocer la diferencia entre estas sensaciones es importante para poder regular el consumo de alimentos y tener una buena salud.

  El Hambre

El hambre es la forma en la cual tu cuerpo se asegura de obtener los alimentos que necesita para funcionar. Es la sensación fisiológica que nos indica que es momento de comenzar a comer (se puede identificar una sensación de “vacío” o “dolor” en el estómago cuando tenemos mucho tiempo sin alimento). Esto sucede cuando las reservas de energía en nuestro organismo ya no son suficientes y necesitamos volver a recargar energía.

  El Apetito

Es una sensación mucho más subjetiva, es lo que nos motiva a seleccionar los alimentos que deseamos comer y puede ser influenciado por aspectos psicológicos y sociales. Por ejemplo, puede ser que a la hora de la comida tengas ganas de comer un platillo en particular, motivado por su sabor, textura y sensación de confort que nos producen.

En este caso, es el apetito y no el hambre quien nos orilla a elegir ése alimento y no otro. Por lo tanto, no necesariamente tenemos hambre cuando sentimos apetito.

  Sentirse satisfecho

Se refiere a las sensaciones que identificamos cuando deseamos dejar de comer; generalmente la distensión del estómago es una de las señales de nuestro cuerpo para indicarnos que es tiempo de dejar de comer. Por ejemplo, cuando terminas de comer y dices sentirte “lleno”.

  Saciedad

Se refiere al tiempo que pasas entre una comida y la otra sin tener hambre. Existen alimentos que nos provocan una sensación de saciedad por más tiempo, como el caso de los alimentos con fibra, ya que ésta ayuda a  retardar la absorción de los nutrimentos permitiendo que estos lleguen más lentamente a nuestro organismo, prolongando así la sensación de saciedad.

Por lo tanto, las señales que nuestro cuerpo nos envía para sentirnos satisfechos y saciados nos ayudan a controlar la cantidad de alimentos que ingerimos. Así que la próxima vez que comas, piensa en cuál de estas sensaciones es la que estás percibiendo. 

Hacer caso a lo que tu cuerpo te dice, te ayudará a tener un consumo de energía adecuada y a mantener un peso saludable.

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