Reduce los tapones de cerumen

El cerumen es una sustancia producida naturalmente y secretada por la piel del conducto auditivo externo, destinada a la protección de esta región, además permite regular la presencia de gérmenes.

La particularidad del conducto auditivo externo es que es un tubo autolimpiante, es decir, el cerumen producido se expulsa progresivamente desde el fondo hacia el exterior; este movimiento algunas veces es alterado por la presencia de conductos auditivos muy estrechos o bien porque ciertos pacientes producen una gran cantidad de cerumen que rápidamente obstruye la luz del conducto, esto se observa principalmente en los extremos de la vida (niños y ancianos).

La presencia de folículos pilosos también puede favorecer la formación de tapones, por el acumulo de pelos incluidos en el tapón. Debido a que existe una variabilidad muy grande entre las personas, algunas presentan tapones de cerumen constantemente y otras jamás los generan.

El cerumen tiene la particularidad de ser hidrofílico, es decir, se moja e hincha cuando entra agua al conducto, por lo que al aumentar de tamaño ocluye el conducto auditivo externo.

Esto explica la baja de audición que se presenta en algunas personas después de bañarse o haber nadado; esta sensación de oído tapado se presenta cuando el tapón de cerumen obstruye casi toda la luz del conducto auditivo externo.

No existen medidas preventivas que evite la formación de tapones; sin embargo, algunos consejos de higiene auricular pueden reducir los tapones formados y hacerlos cada vez menos frecuentes:

1. Evitar lesionar el conducto auditivo externo con maniobras de limpieza o rascado intempestivo con objetos como palillos, pasadores, cotonetes, etc. Esto puede producir inflamación crónica de la piel del conducto auditivo externo, lo que puede estimular la producción de cerumen, provocar comezón y aumentar el riesgo de crear pequeñas excoriaciones, las cuales son fuente de infección provocando dolores intensos de tipo punzante. También existe el riesgo de perforarse el tímpano al introducir un palillo o un pasador.

2. El empleo de bastoncillos con algodón o cotonetes debe evitarse en todo momento, debido a que una parte del cerumen es extraída y otra es empujada contra la membrana timpánica, lo que dificulta su evacuación natural. Los cotonetes deben emplearse sólo para la limpieza de la parte externa del conducto auditivo, es decir, sin introducirlos profundamente. Lo recomendable es que después del baño se realice una limpieza con un pañuelo desechable y el dedo meñique, limpiando sólo el cerumen que es visible en la parte externa del conducto.

¿Cómo extraer tapones de cerumen?

Los tapones de cerumen deben ser extraídos por un médico. La limpieza se realiza mediante un lavado del oído con agua a temperatura corporal (37°C) para evitar la presencia de vértigo al utilizar agua muy caliente o fría. Para extraerlos se deben utilizar asas especiales y micropinzas, así como microaspiradores para retirar poco a poco fragmentos del tapón, esto se hace con el apoyo de una lámpara frontal o de un microscopio o endoscopio. Algunas veces el cerumen está demasiado seco y al tratar de retirarlo se puede provocar dolor, por lo que deben utilizarse gotas óticas o agua oxigenada para ablandarlo.

En determinados pacientes es necesario realizar una revisión periódica para evitar que se formen tapones demasiado grandes y profundos que provoquen riesgos de lesión al extraerlos o bien de infección al contacto con al agua.

Las maniobras de extracción deben ser los más delicadas e indoloras posible, sin embargo, pueden presentarse pequeñas complicaciones, como sensación de vértigo (si el agua no está a la temperatura corporal). La perforación de la membrana timpánica es otro riesgo afortunadamente raro, pero que puede ocurrir en pacientes que han padecido infecciones del oído medio con cicatrización alterada de la membrana timpánica. También puede presentarse un pequeño sangrado de la piel del conducto auditivo, sobre todo cuando el tapón está muy seco e impactado.