¿No sientes dolor?

A primera vista podría parecer una gran cualidad: Ir por el mundo sin sentir el menor dolor físico, suceda lo que te suceda. Sin embargo, la realidad es muy distinta a eso.

Es el caso del niño Isaac Brown, que a sus cinco años nunca ha sentido el menor dolor. Puede haberse dislocado o roto brazos; tal vez ha sentido el filo de un cuchillo sobre la piel. Puede haber enfrentado esas circunstancias y otras tan traumáticas o más que esas, siempre con el mismo resultado… no siente dolor alguno.

La condición médica que sufre el niño, y lo incapacita de experimentar el dolor en cualquiera de sus formas y debido a la causa que se deba, ocurre como consecuencia de una mutación en sus genes.

A partir de la mencionada diferencia en sus genes queda bloqueado, o deja de activarse, el mecanismo cerebral que a través del dolor avisa que el cuerpo está siendo sometido a una circunstancia adversa, o potencialmente peligrosa para la salud e incluso la vida.

  ¿Cualidad o condena?

En un estudio realizado por científicos alemanes se descubrió la que la causa de la rara condición (ya se conoce la existencia de varias decenas de individuos con ella alrededor del mundo) se halla en el gen SCN11A.

Este gen es el encargado de codificar una proteína que forma parte del canal que les permite a las partículas cargadas eléctricamente cruzar por la superficie de las neuronas, o células nerviosas, el fundamento de la percepción del dolor.

El estudio demostró que la mutación detiene el funcionamiento de la proteína, lo que impide que las células nerviosas encargadas de informarle al cerebro cuando hay dolor, envíen las pertinentes señales.

En el caso de Isaac, los padres no encontraron otra alternativa que una vigilancia extrema las 24 horas del día, y un esfuerzo mucho mayor por inculcar al niño la conciencia de que debía ser especialmente cuidadoso.

Es imposible evitar que estos niños dejen de estar amenazados por innumerables peligros, dada su condición, pero al menos es posible tratar que la vida de los padres sea más manejable y menos funesta la de los  hijos.