¿Dejas tu libro a medias?

Te han recomendado un libro, ¿y no logras terminarlo? Te regalaron el “best seller” del año, ¿y no te enganchaste? No te sientas mal. Es un dilema que nos ocurre cuando no nos gusta una película o hemos perdido el interés por una serie de televisión. Claro, que… ¿dejar de leer un libro a medias?
 

Una encuesta realizada hace unos años en Gran Bretaña demostraba que libro comprado no equivale a libro leído. Y, sorprendentemente, el número dos de esa lista, en la que ningún autor querría ver su nombre, lo ocupaba un título inesperado, “Harry Potter y el cáliz de fuego”: 32% de lectores lo había dejado a medias.

  ¿Hemos de esforzarnos en llegar hasta el final?

Algunas personas sienten que le deben al autor el esfuerzo de la lectura, como si el abandono fuera el equivalente a una traición. En este caso, habría que ser muy cuidadoso a la hora de elegir los libros que  compras, no vaya ser que por empecinarnos en una lectura equivocada, acabemos convirtiendo en tortura lo que debería ser un placer.
 

Ofelia Grande, editora de Siruela, explicaba en una reciente entrevista que antes intentaba  terminar un libro, le gustara o no. “Me daba miedo pensar que justo lo bueno estaría cuando lo dejaba o sentir que no estaba capacitada para entender o apreciar según qué obras…Ahora ya no es así: si un libro no me gusta o no puedo con él (o él no puede conmigo) por el motivo que sea, hago un primer esfuerzo y lo intento, pero si al final lo dejo, lo hago sin complejos ni remordimientos. Algunos he vuelto después y los he vuelto a dejar o me han gustado, incluso mucho… Quizás no era mi momento”.

  Trucos para no abandonar la lectura
 

1. Uno de ellos consiste en no frecuentar librerías hasta que hayamos terminado de leer un libro, ya que una de las razones esgrimidas por quienes abandonan una lectura es que cada nuevo título parece más seductor que el anterior y así se van amontonando en la mesa de noche ejemplares sólo empezados.

2. También ayuda establecer una rutina para reforzar la constancia y leer cada día un cierto número de páginas, flexible según las posibilidades de cada uno, pero de forma continua, llueva, truene o relampagueé.
 

3. Ojo con los libros de moda, esos que todo el mundo lee, o cree que debe leer, aunque sólo sea para comentarlos en público. Muchos de ellos entran directamente en una categoría quizás peor que la de los libros no terminados: aquellos que ni siquiera se comenzaron.

4. Si el libro en cuestión nos parece malo hay que dejarlo; si viene muy recomendado, a lo mejor hay que darle un poco más de tiempo, pero nunca leer algo que no nos guste. ¡Hay tantos libros buenos por leer y tan poco tiempo!
 

El artista austriaco Julius Deutschbauer ha creado en Viena una exposición permanente titulada “The library of unread books” (La biblioteca de los libros no leídos).

Deutschbauer, que también es bibliotecario, decidió hace tiempo que el número de libros no leídos es muy superior al de los que sí han gozado de ese privilegio, desde hace años colecciona volúmenes donados que tienen una única cualidad en común: sus anteriores propietarios creen que deberían leerlos, pero nunca encontraron la ocasión de hacerlo. Algo que nos ocurre a casi todos.

Leer un libro es la oportunidad ideal para emprender un viaje al interior de otros mundos y de ti mismo.

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