10 estrategias para dejar a un lado las quejas

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Quejarte siempre puede alejar a las personas que quieres de tu vida. Cortesía: Gettyimages
Salud180, El estilo de vida saludable

POR: Salud180.com

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30-03-2015

Aunque es cierto que la carga de trabajo, las peleas con tu pareja o la falta de dinero son temas de los cuales necesitas desahogarte, vivir quejándote no es la mejor solución. Por el contrario, te hace más susceptible a sentirte mal.

 

Quejarte demasiado, e incluso tener una amiga con quien lo hagas siempre, si bien puede ayudarte a sentir alivio, también te pone en riesgo de desarrollar síntomas de depresión y ansiedad, de acuerdo con un estudio de la University of Missouri.

 

Una manera de combatir estos malestares y comenzar a ver la vida alegre, pese a los problemas, es aprender a dejar de quejarte. Para ello te compartimos algunas estrategias que pueden funcionarte.

 

1. Reflexiona por qué te quejas

 

A menudo las expectativas no satisfechas son la raíz del problema, más que las situaciones mismas. Pregúntate cuál es la idea que tienes de cómo deberían ser las cosas y compáralo con lo que realmente está sucediendo, cualquier diferencia te hará saber realmente qué te molesta.

 

2. Sé más positiva

 

Aunque es más fácil decirlo que hacerlo, no es imposible. Todo el mundo tiene problemas, la diferencia para salir adelante se encuentra en cómo se perciben, comienza aceptando que la vida no es perfecta. Haz una lista de las cosas buenas en tu vida y céntrate en ver qué hiciste bien.

 

3. Relájate

 

Realizar técnicas como la meditación o yoga ayudan a que aprendas a conectarte con el presente, a agradecer lo que tienes y olvidarte de lo que te falta, afirma Pilar Sordo, sicóloga autora de “Bienvenido dolor”. Puedes acudir a una clase o hacerlo en casa durante 30 minutos al día.

 

4. Concéntrate en ti

 

Muchas de las quejas surgen porque piensas en lo que los demás tienen que hacer para que seas feliz, y no en lo tú debes realizar para estarlo y para transmitirlo a los que te rodean, indica Pilar Sordo. Piensa en tus virtudes, lo que te hace falta mejorar y empieza a trabajar en ello.

 

  5. Comienza a adaptarte

 

Lo único seguro en la vida es que nada se mantiene igual. Cuando los cambios lleguen tómate un tiempo para asimilarlos; hay algunos que son tristes y tienes que permitirte vivir un duelo. Aceptar las nuevas situaciones te ayuda a adaptarte de forma positiva y a que las quejas no broten.

 

6. Vive el presente

 

No puedes cambiar el pasado y preocuparte por el futuro es inútil, así que quejarte por cualquiera de las dos cosas es un desperdicio de tu tiempo. Lo mejor es que vivas el presente y actúes para optimizar cada día; en lugar de lamentarte del tráfico, sal más temprano y ayúdate a ti misma.

 

7. Sal de tu zona de confort

 

Seguramente muchas de tus quejas tienen solución, pero estás más cómoda sin hacer nada. Salir de tu zona de confort significa romper hábitos, cambiar rutinas y actuar para mejorar lo malo, afirma la coach Carolina Hernández. Si tienes mucho trabajo, habla con tus jefes y negocia.  

 

8. Sé asertiva

 

Dejar de quejarte no significa que tengas que quedarte con todo hasta explotar. Puedes hacerlo siendo asertiva, es decir elige a una persona de mucha confianza con quien puedas desahogarte y de quien sí tomes en cuenta consejos. Recuerda que lo que buscas son soluciones principalmente.

 

9. Habla contigo

 

Tener un diálogo interno cuando tengas quejas es una manera de sacar la frustración y seguir adelante. Por ejemplo, si te regañó tu jefe en lugar de llegar con tu compañero opta dar una vuelta a la manzana y decirte a ti misma si te sientes mal, los errores que cometiste y cuál es la solución.  

  10. Responsabilízate

 

Tienes que ser responsable de tus errores, no de los demás. Respétate a ti misma, comienza por pensar positivamente de ti y de tu proceso de toma de decisiones; cuando falles acepta que eres humana y que los demás los son también. Dejar el control es una manera de quejarte menos.

 

Los quejumbrosos crónicos son bastante molestos para las personas, en parte porque se la pasan mucho tiempo lamentándose como las más grandes víctimas, pero rechazan la ayuda que se les ofrece e ignoran los consejos, afirma Michael Cunningham, sicólogo de la University of Louisville.

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