Reduce el dolor y pesadez de las várices con estas 2 recetas infalibles

Las várices no sólo representan un problema estético, también traen consigo molestias e incluso complicaciones, en algunos casos. Tratarlas es clave, pero también aliviar sus síntomas: Reduce el dolor y la pesadez de las várices con estas 2 recetas infalibles.

SIGUE LEYENDO PARA ENCONTRAR LA RECETA PARA ALIVIAR LOS SÍNTOMAS DE LAS VÁRICES

Hablar de várices es pensar en venas y arañitas que invaden nuestras piernas, aunque también pueden formarse en otras zonas, un ejemplo son las hemorroides. Sin embargo, más allá de si se ven o no bien, muchas veces provocan dolor y otras molestias, además de que en algunos casos pueden llevar a complicaciones.

¿Cuáles son los síntomas de las várices?

Los síntomas más representativos de las várices, son las venas de color púrpura o azul oscuro, así como aquellas que se retuercen y sobresalen en la piel. Si bien es posible tener várices y no sentir dolor, especialistas de Mayo Clinic, explican que cuando se presentan, estos pueden ser:

* Sensación de dolor o pesadez de las piernas

* Ardor, pulsación, calambres musculares e hinchazón

* Dolor que empeora después de estar sentada o de pie mucho tiempo

* Comezón alrededor de una o más venas

* Decoloración de la piel alrededor de una vena varicosa

¿Cómo aliviar los síntomas de las várices?

En los casos leves, es posible tratar los síntomas de las várices con medidas sencillas, como el ejercicio, bajar de peso, elevar las piernas y evitar estar de pie o sentada mucho tiempo. Asimismo, existen opciones naturales que pueden causar alivio, como el aloe vera y el ajo.

¿Cómo usar el aloe vera para las várices?

De acuerdo a los especialistas del Delaware Advanced Vein Center, el gel de aloe vera aplicado en las várices, puede ayudar a reducir la comezón, inflamación y dolor. Asimismo, si se realiza un masaje, permite una mejor circulación sanguínea.

Una forma de aprovecharlo es con compresas, sólo necesitas:

* ½ taza de gel de aloe vera

* ½ taza de agua

1. Mezcla o licúa el gel de aloe vera con el agua, si está muy espeso, agrega un poco más de agua.

2. Introduce una toalla para manos limpia, para impregnarla de la mezcla; retira el exceso y aplica sobre las várices. Puedes vendar tus piernas o simplemente recostarte boca abajo, según dónde se ubiquen.

3. Deja actuar una hora o toda la noche.

Otra forma de aprovechar el gel de aloe vera, es aplicándolo directamente sobre las zonas afectadas, para un mayor alivio, enfríalo previamente. También puedes combinarlo con otros ingredientes para hacer una pomada antiinflamatoria.

¿Cómo usar el ajo para las várices?

Aunque el principal beneficio del ajo se consigue al comerlo, pues tiene un efecto positivo sobre la circulación sanguínea y la salud del corazón, gracias a su alicina, según han analizado diferentes estudios, también puede aplicarse de forma tópica, sólo necesitas:

* 12 dientes de ajo pelados

* 120 mililitros de aceite de oliva

* Frasco de vidrio

1. Tritura los dientes de ajo con ayuda de un mortero o el tecolote del molcajete.

2. Vierte la pasta de ajo en el frasco y añade el aceite de oliva.

3. Cierra el frasco y deja reposar toda la noche en un lugar fresco y oscuro.

4. Al otro día revuelve y realiza un masaje en las zonas afectadas para estimular la circulación; después de 5 minutos, deja actuar la “pomada” por 20 minutos antes de retirarla y bañarte.

5. Si lo prefieres, puedes colar el aceite para evitar los trozos de ajo.

¿Por qué salen várices?

Las várices o venas varicosas, son venas hinchadas y retorcidas que pueden verse debajo de la piel, principalmente en las piernas. Se forman cuando la presión sanguínea dentro de las venas aumenta, lo cual puede ser ocasionado por diferentes factores.

Entre estos, el National Heart, Lung, and Blood Institute, enlista al embarazo, estreñimiento, un tumor y el sobrepeso u obesidad.

Según este instituto, las venas tienen válvulas que se abren y cierran para mantener la circulación de la sangre hacia el corazón, pero cuando las válvulas o paredes se debilitan o dañan, la sangre puede acumularse o fluir en sentido contrario. Con esto, las venas pueden crecer y distorsionarse, lo que da lugar a las várices.

Es importante tener en cuenta que las mujeres tenemos más probabilidades de padecerlas por los cambios hormonales en la menstruación, el embarazo o la menopausia, asimismo, a una mayor edad, aumenta el riesgo.

Si bien es imposible prevenirlas, mejorar nuestra circulación y tono muscular, ayuda a reducir el riesgo. Por lo tanto, es importante hacer ejercicio, controlar nuestro peso, seguir una dieta rica en fibra y baja en sal, evitar los tacones altos y calcetines ajustados, además de elevar las piernas.

Estas medidas también pueden ayudar a reducir las molestias cuando las várices ya existen. Pero si a pesar de esto u otros remedios naturales, no mejoran o empeoran, no dudes en consultar a tu médico.

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