¿Por qué nos disfrazamos? La psicología detrás de los disfraces de Halloween

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Famosas disfrazadas
¿Por qué nos disfrazamos? La psicología detrás de los disfraces de Halloween/ Foto: Getty Images
Salud180, El estilo de vida saludable

POR: Lourdes de la Concepción Alanis Gallardo

Estudié Ciencias de la Comunicación, con especialidad en Periodismo, en la UNAM. Mi mayor pasión es escribir. Fan de Game of Thrones.

18-10-2022

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Seguro al menos alguna vez has acudido a una fiesta de disfraces, específicamente de Halloween y hayas cuidado hasta el último detalle para elegir el mejor disfraz y lucir fascinantemente espeluznante. Pero alguna vez te has preguntado ¿por qué nos disfrazamos? Si bien es parte de una tradición, tiene un trasfondo...  En Salud180 te revelamos la psicología detrás de los disfraces de Halloween, ¡te quedarás sin aliento! 

 

Es común asociar los disfraces con diversión y fiesta, pero ese gusto por disfrazarnos va más allá...

 

Por ello y en entrevista exclusiva para Salud180Rocío Sánchez García, Psicóloga Clínica, nos explica por qué nos gusta disfrazarnos.

 

"Si bien diario al despertar y pensar en nuestras actividades adoptamos un tipo de personalidad que vaya de acuerdo a lo que haremos, no siempre es nuestra favorita (Mamá ejemplar, vendedor exitoso, hija súper deportista...) Pero de alguna manera cumplimos con los constructos sociales", explica la especialista Rocío Sánchez. 

 

Sí, no solo es elegir disfrazarnos de la Mujer Maravilla o de Khaleesi de Game of Thrones, porque dichos personajes están de moda o nos gustan sus atuendos, el placer que nos genera el hecho como tal de disfrazarnos tiene que ver con que al menos durante un par de horas podemos jugar otro rol, ser alguien más, adueñarnos del personaje y hacer volar nuestra imaginación, vaya olvidarnos por un momento de los límites

 

Disfrazarnos nos resulta liberador y nos permite soltar el estrés, la tensión y romper con la monotonía del día a día.  

 

¿Qué necesidades cubre disfrazarnos?

 

De acuerdo con la especialista, difrazarnos cubre ciertas necesidades como desinhibinos, jugar dentro de otros roles, hacer bromas que normalmente no haríamos, expresar ideas que tenemos pero que en otro contexto no serían bien aceptadas. Nos ayuda a liberar tensión, incrementar la autoestima (esto porque al disfrazarnos sentimos que nos estamos atreviendo a algo y si “triunfamos” con el disfraz nos genera mucha confianza) y hasta cumplir momentáneamente sueños no cumplidos (cómo ser un astronauta, luminaria famosa, etc.)

 

"Existe una delgada línea entre realidad y fantasía y es ahí cuando se debe poner atención. Una cosa es disfrazarse para cierta ocasión o bajo algún contexto (carnaval, fiesta temática, obra de teatro...) y otra muy distinta es querer vivir todo el tiempo una irrealidad", resalta Rocío Sánchez.

 

Los disfraces nos permiten escondernos en el atuendo, pero al mismo tiempo destaparnos más fácil, pues al sentirnos "encubiertos" inconscientemente nos sentimos a salvo de los juicios y las críticas y nos soltamos. 

 

Hay muchas personas que compran, inventan o copian un personaje para su día a día, aparentan ser felices y al mismo tiempo la mayoría de las veces dejan de ser individuos funcionales con el paso del tiempo. Es ahí cuando en realidad estamos hablando de evasión de la realidad que puede llevarnos a síndromes o trastornos mentales severos.

 

"Hay que aclarar que no a todos los individuos les gusta disfrazarse, generalmente es por miedos, temores o hay alguna relación con su historia de vida, pero eso no significa que por no disfrazarse vivan inhibidos o que nunca digan o hagan lo que piensan. Es como en todo, hay a quien le gusta y a quien no", concluyó la especialista.

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