Incontinencia urinaria: así puedes entrenar tu vejiga para ayudar a controlarla

Aunque puede causar vergüenza, la incontinencia urinaria es un problema frecuente que cualquiera puede sufrir y no debe ser motivo de aislamiento. Si sufres de incontinencia urinaria, te decimos cómo puedes entrenar tu vejiga para ayudar a controlarla.

La incontinencia urinaria o pérdida de control de la vejiga, es un problema que suele asociarse con personas mayores, pero no necesariamente es así. De hecho, puede ir desde perder un poco de orina al toser o estornudar, hasta una necesidad de orinar repentina y fuerte que te impide llegar al baño.

¿Cómo saber si tengo incontinencia urinaria?

Un médico debe ser quien diagnostique la incontinencia urinaria a través de una historia clínica y exámenes. Sin embargo, si existe pérdida de orina, desde algunas gotas hasta pérdidas moderadas frecuentes, se considera incontinencia, en especial cuando afecta tus actividades y calidad de vida.

Pese a esta característica general, hay varios tipos de incontinencia urinaria, lo que hace que los “escapes” de orina ocurran en diferentes circunstancias. Entre estos, especialistas de Mayo Clinic enlistan:

* Incontinencia por esfuerzo, cuando la orina sale tras ejercer presión sobre la vejiga, como al toser, estornudar, reír, ejercitarte o levantar algo pesado.

* Incontinencia por urgencia, una necesidad repentina e intensa de orinar, seguida de una pérdida involuntaria de orina, lo que lleva a tener que orinar con frecuencia. Esto puede ocasionarlo una infección…  o ser señal de un trastorno neurológico o diabetes.

* Incontinencia por rebosamiento. Un goteo de orina constante porque la vejiga no se vacía bien.

* Incontinencia funcional, causada por una discapacidad física o mental que te impide llegar a tiempo al baño.

* Incontinencia mixta, cuando se combinan más de un tipo de incontinencia.

¿Cómo entrenar la vejiga para controlar la incontinencia urinaria?

Al igual que en otras afecciones, el tratamiento de la incontinencia urinaria dependerá del tipo y causa. Sin embargo, suele comenzar con opciones no invasivas y que pueden realizarse en el hogar, como el entrenamiento de vejiga.

De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, este consiste en orinar según un horario. El objetivo, es que con el tiempo comiences a esperar un poco más entre tus visitas al baño para estirar la vejiga y así contener más orina.

Para ayudar a entrenar tu vejiga, la Harvard Medical School, recomienda:

1. Durante uno o dos días, registra las veces que orinas o pierdes orina.  Saca un promedio de cuántas horas esperas entre una ida y otra al baño.

2. Mantén el horario de forma consciente durante algunos días.

3. Cuando te hayas adaptado a este horario, agrega 15 minutos de espacio entre una ida y otra. Por ejemplo, si vas al baño cada hora y media, hazlo cada hora y 45 minutos.

4. Para llegar con éxito a la hora establecida, comienza desde temprano. Al levantarte, ve al baño, orina y espera hasta que haya pasado el tiempo definido. Esfuérzate por no orinar, si sientes la necesidad de hacerlo antes de tiempo. Desde distraer tu mente, hasta caminar lentamente al baño, pueden ayudar.

5. Si a la hora planeada, no te dan ganas de orinar, ve al baño de todos modos y no regreses hasta que nuevamente pase el tiempo. También es importante regular tu consumo de agua y no beber litros de golpe.

6. Cuando domines este periodo sin sentir la urgencia de ir antes, súmale 15 minutos al tiempo establecido. Con el paso de las semanas, podrás esperar más y la urgencia disminuirá.

7. Después de 4 u 8 semanas, revisa tu mejoría y comienza otro diario, comparando los intervalos y cantidad de orina perdida y eliminada.

Ojo, la recomendación de entrenar la vejiga y aguantar la urgencia, aplica sólo cuando tu vejiga no está llena y tienes pérdidas de orina. Si no sufres incontinencia, evita aguantarte las ganas de orinar, podría resultar contraproducentes.

Sumado al entrenamiento de la vejiga, los especialistas recomiendan otros cambios en el estilo de vida para reducir las fugas.

Entre estos, beber cantidades moderadas de líquido y hacerlo en el momento adecuado; estar activa físicamente; mantener un peso saludable; evitar el estreñimiento y no fumar.

Orinar dos veces al ir al baño, también ayuda a vaciar por completo la vejiga y, por lo tanto, reducir el goteo.

Asimismo, los ejercicios de Kegel ayudan a fortalecer los músculos de tu suelo pélvico, que ayudan a controlar la orina. Cuando estos están débiles, pueden llevar a la incontinencia urinaria.

Estas recomendaciones pueden combinarse con otros tratamientos o ser la primera opción. Cuando no funcionan, pueden recetarse medicamentos u optar por técnicas como la estimulación eléctrica, el uso de dispositivos médicos, la aplicación de algunas inyecciones o cirugía.

Sin embargo, todo dependerá de las causas y tipo de incontinencia, además del cómo evoluciones con las diferentes opciones.

Es importante subrayar que, además de tipos, existen diferentes causas detrás de la incontinencia urinaria.

Los National Institutes of Health, señalan una debilidad o hiperactividad en los músculos de la vejiga, daño en los nervios que la controlan por enfermedades neurológicas, bloqueo en la vía urinaria por una próstata agrandada, como algunas de ellas.  

De igual modo, esta puede ser transitoria, debido a bebidas, alimentos y medicamentos que estimulan la vejiga e incrementan el volumen de orina, como el alcohol, el café y los medicamentos para la presión arterial.

Finalmente, las infecciones de las vías urinarias y el estreñimiento, pueden llevar a una incontinencia urinaria. Por lo tanto, para tratar de forma efectiva esta afección, es importante que un médico haga un diagnóstico y análisis de cada caso.

Ahora que ya sabes qué hay detrás de la incontinencia urinaria, aplica estos consejos para entrenar tu vejiga y reducir el riesgo de fugas.

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