Diferencias entre aftas y postemillas: por qué salen

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Diferencias entre aftas y postemillas: por qué salen Foto: iStock
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POR: Salud180.com

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16-02-2022

Definitivamente, las úlceras en la boca no solo son molestas, sino muy dolorosas. Sin embargo, aunque se parezcan, no todas tienen el mismo origen. Conoce las diferencias entre aftas y postemillas, así como por qué salen.

 

La mayoría de nosotros ha tenido alguna vez un afta, esas dolorosas heridas abiertas en la boca. La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, las describe como una úlcera o llaga de color blanco o amarillo, rodeada por un área roja y brillante.

 

Afortunadamente, no son cancerosas y tampoco son lo mismo que el herpes labial, que aparece sobre los labios o alrededor de estos. Sin embargo, también existe una confusión con otro tipo de úlceras: las postemillas.

 

¿Cuál es la diferencia entre afta y postemilla?

Algunas personas usan afta y postemilla como sinónimo, mas no lo son. Las aftas son pequeñas llagas redondas que suelen aparecer dentro de la mejilla o los labios, debajo de la lengua o detrás de la garganta.

 

En contraste, las postemillas son abscesos que se desarrollan en las encías. Se trata de protuberancias hinchadas que aparecen por una infección provocada por bacterias y que pueden contener pus.

 

Aunque en raras ocasiones las postemillas son señal de cáncer oral, es importante tratarlas para evitar que la infección se extienda a otras partes del cuerpo.

 

¿Por qué salen aftas?

Existen diferentes factores que influyen en la aparición de las aftas. Las infecciones virales son una causa, aunque también pueden estar ligadas a problemas con el sistema inmunitario, pero no son las únicas razones.

 

Especialistas señalan, que el estrés, las alergias a los alimentos, la falta de vitaminas y minerales, los cambios hormonales e incluso los periodos menstruales, pueden desencadenar las aftas.

 

De igual modo, una lesión por un arreglo dental, una limpieza dental agresiva e incluso una mordida, las provocan.

 

Finalmente, enfermedades y trastornos como la celiaquía, enfermedades intestinales inflamatorias, el VIH, el Sida y la enfermedad de Behçet, pueden hacer que aparezcan… aunque en algunos casos, también puede desconocerse su causa.

 

Afortunadamente, las aftas no son contagiosas y, en su mayoría, desaparecen solas. Esto puede tardar entre 1 y 3 semanas, según el tamaño. En algunos casos, las cremas o ungüentos para aliviar el dolor, ayudan, al igual que evitar el picante y los irritantes.

 

Pero, si no desaparecen después de 2 semanas o empeoran, consulta a tu médico. Lo mismo si te salen con frecuencia (más de 2 o 3 veces al año), son muy grandes, te dificultan comer o se acompañan de fiebre, diarrea, dolor de cabeza o erupción cutánea.

 

Ilustración de afta en el interior del labio inferior

Foto: iStock

¿Por qué salen postemillas?

Las principales responsables de las postemillas, son las bacterias presentes en la placa, partículas de alimentos o las caries. Estas provocan una infección debajo de la superficie de la encía, que puede afectar la línea de las encías, la raíz del diente o los tejidos de soporte de los dientes.

 

Estos abscesos son más comunes en personas con periodontitis o en pacientes que tuvieron una cirugía dental reciente, pues sus encías son más vulnerables a la entrada de la placa y alimentos que provocan un crecimiento excesivo de bacterias.

 

Entre más cercana al diente esté, más seria se considera y requiere atención de un odontólogo para evitar daños a tus dientes.

 

Si sientes dolor, hinchazón, sensibilidad en la boca, sangrado o secreción en el absceso o las encías, mal aliento, náuseas, fiebre o dolor de oído, acude a tu médico. A diferencia de las aftas, las postemillas no suelen desaparecer solas.

 

Al reflejar una infección, tratarlas es clave para evitar que se extienda a otras áreas o provoque complicaciones. Estas van desde perder un diente, hasta entrar al torrente sanguíneo y ponerte en un mayor riesgo.

 

El tratamiento suele basarse en medicamentos como los antibióticos, aunque en algunos casos son necesarios procedimientos, como drenaje del absceso, limpieza profunda e incluso una endodoncia.

 

Ilustración de postemilla, absceso en encía

Foto: iStock

 

¿Cómo prevenir las aftas y postemillas?

Lo mejor que podemos hacer para evitar pasar por el dolor de un afta o postemilla, es prevenirlas. Tener una buena higiene bucal, es clave: cepilla tus dientes después de cada comida y usa hilo dental. Eso sí, hazlo con cuidado y prefiere los cepillos suaves para no irritar los tejidos.

 

Contra las aftas, también influye evitar los alimentos irritantes, y llevar una dieta variada y equilibrada para evitar las deficiencias nutricionales. De igual modo, busca técnicas para reducir el estrés y, si usas algún dispositivo dental, usa cera para proteger tu boca del roce.

 

Para las postemillas, no olvides visitar a tu odontólogo al menos 2 veces al año para una revisión y limpieza dental. Dejar de fumar también puede resultar benéfico, pues los National Institutes of Health, señalan que este es un factor de riesgo para la periodontitis.

 

Ahora que ya conoces las diferencias entre aftas y postemillas, así como qué influye en que aparezca cada una, cuida tu boca. Si presentas dolor o úlceras que no parecen sanar, siempre consulta a tu médico.

 

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