Leucemia mieloide crónica en México

Según el doctor Julio Kassack Ipiña, hematólogo del Hospital General de México, la leucemia mieloide (LMC) es uno de los tipos más frecuentes en la población adulta, con una prevalencia aproximada en México de 6 mil pacientes y una incidencia de mil nuevos casos cada año.

"Esta enfermedad representa 2.8% de las formas de cáncer diagnosticadas en el mundo y 14% de las leucemias". Sin embargo, muchos de los mexicanos adultos que la padecen no tienen acceso a terapias de última generación. En la actualidad, existen nuevos fármacos conocidos como “terapias blanco molecular”, que elevan la expectativa y calidad de vida de los pacientes ya que atacan directamente a las células malignas sin dañar a las sanas. Con este tratamiento, los pacientes dejan de sufrir los efectos secundarios agresivos que provocan los tratamientos tradicionales como la radioterapia y la quimioterapia. Estos nuevos fármacos permiten a los pacientes continuar con sus actividades diarias y, al mismo tiempo, gozar de un buen estado de salud.

• ¿Qué es la leucemia mieloide crónica (LMC)?

Se trata de una enfermedad maligna de la sangre y la médula ósea de carácter progresivo y lento que se presenta en la edad madura, con mayor incidencia entre los 35 y 55 años de edad. En palabras del hematólogo, la enfermedad “resulta de una anomalía cromosómica adquirida, originada por el intercambio de material genético entre el cromosoma 9 y el cromosoma 22, denominada cromosoma Filadelfia, que se traduce en la transformación maligna de las células madre de la sangre". El cromosoma Filadelfia es responsable de que la médula ósea produzca una enzima que provoca el incremento en la transformación de las células madre en glóbulos blancos, así como el crecimiento del bazo. Todo ello da origen a la leucemia mieloide crónica.

Síntomas de la LMC, detección y diagnóstico

Los principales síntomas son debilidad, mucho cansancio, pérdida de peso sin razón conocida, sudores nocturnos, fiebre y dolor o sensación de estar lleno debajo de las costillas en el costado izquierdo, crecimiento del bazo (en el lado izquierdo del abdomen), entre otros síntomas.

Los médicos especialistas en hematología son quienes pueden detectar y diagnosticar la LMC; para ello, se realiza una serie de exámenes de sangre y médula ósea. Dicen los expertos que en 40% de los casos, la enfermedad se diagnostica tras descubrir de manera fortuita un aumento de los glóbulos blancos en la sangre, realizado de forma sistemática o durante un chequeo.

De acuerdo con el doctor Kassack, la investigación de moléculas para el desarrollo de nuevos fármacos surgió a raíz de que, hasta hace pocos años, el único tratamiento contra la leucemia era el trasplante de médula ósea. Ante la falta de capacidad en infraestructura y de donantes de médula ósea, fueron desarrollándose medicamentos que permiten controlar molecularmente este tipo de enfermedades.