¿Tu hijo le teme a las agujas? Sigue esta guía para su primer análisis de sangre

Tener que hacernos exámenes de laboratorio, es algo que ni a los adultos nos emociona, aunque lo hacemos de forma resignada. Sin embargo, cuando se trata de los más pequeños, puede resultar complicado. Por eso, si tu hijo le teme a las agujas, sigue esta guía para su primer análisis de sangre.

Nací con la mala suerte de no ser buena para los análisis de sangre. No porque me dé miedo, en general las agujas no me causan conflicto, sino porque desde siempre, mis venas no cooperan mucho: a veces no se ven y otras, simplemente juegan a moverse… o eso me han dicho. ¿Sabes por qué las venas son azules? Te lo decimos.

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Sin embargo, también tuve la doble mala suerte de ser una niña enfermiza, o al menos recuerdo haber estado en un cubículo de laboratorio varias veces, algunas de las cuales terminaban sacándome sangre de la vena del pie. ¿Fue traumático? No recuerdo que tanto como podría parecer, y creo que en gran medida fue por la forma como lo afrontaban mis padres.

Uno de los factores a los que le atribuyo el no temer a las agujas, es que mi mamá es enfermera, por lo tanto, fue algo normal para mí. Además, no tengo memoria de que en algún momento me hayan amenazado con una inyección si me portaba mal o no me tomaba la medicina.

Aceptémoslo, ése es uno de los recursos más utilizados por algunos padres. Si bien es cierto que hay temores que van más allá (sí, el miedo a las inyecciones puede volverse una fobia), quizá un buen comienzo para evitar un rechazo automático, sería ése: no usar las agujas como método de control, de esa forma evitarán las asociaciones negativas.

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Uno o dos días antes, platiquen sobre lo que pasará. De acuerdo al sitio MedlinePlus, ésta es la mejor forma de ayudarlo… Eso sí, no intentes darle un discurso extenso, pues su periodo de atención es corto; asimismo, usa un lenguaje sencillo y evita todas las definiciones médicas.

Puedes ayudarte de un cuento, personajes favoritos, juegos o un peluche para tu explicación. Trata de describir lo que sentirá, desde que le pongan la “liga”, hasta que salga la sangre, pero evita incluir experiencias negativas tuyas, aunque también subestimar el dolor, de lo contrario, si le duele, dirá que le mentiste.

Sin embargo, siempre debes subrayar que todo es para bien y la molestia pasará rápidamente, pues el examen dura muy poquito.

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Afortunadamente, es posible entrar con tu hijo a los análisis de sangre, eso lo ayudará a sentirse seguro y en confianza… Eso sí, siempre y cuando no seas de esas personas que entra en pánico sólo de ver una aguja, de ser así, intenta controlarte con estas técnicas o pide apoyo a otra persona cercana.

Es probable que el niño llore, déjalo expresar sus sentimientos, pero insístele en la importancia del examen y que estarás con él en todo momento. Evita gritarle o regañarlo o forzarlo; al momento de la extracción, intenta distraerlo para que no centre su atención en la aguja o tubo de sangre, de esta forma evitará un mayor estrés.

Al finalizar, pregúntale como se siente y felicítalo por haberlo logrado. Si el examen fue en ayuno, invítalo a desayunar o prepárale algo que le guste, eso sí, no lo utilices como una condición previa para que se porte bien, ni una recompensa, simplemente apapáchalo.

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Realizar cualquier tipo de examen médico a un niño, puede ser complicado, sin embargo, no es imposible. Empezar a abordar estos procedimientos como algo natural y necesario, es una buena forma de evitar referencias negativas que escalen a un miedo que supere la infancia y los acompañe toda su vida.

Sabemos que las agujas y otros elementos médicos no son parte del concepto de diversión, pero son importantes para mantener nuestra salud y tus hijos deben saberlo.

Hablando de pequeños, te dejamos un video que te puede interesar si tu hijo es distraído.