Niños con cáncer deben conocer su realidad

No es extraño que la palabra cáncer nos remita a pensar en que, quien lo padece, fallecerá irremediablemente. En este sentido, el doctor José Méndez, responsable del área de Psico-oncología del Instituto Nacional de Pediatría, explica que para un niño que vive con cualquier tipo de cáncer, resulta primordial conocer en qué consiste su padecimiento, cuál es el tratamiento que recibirá y, sobre todo, sus expectativas de sanación.

Sin embargo, recibir respuestas reales, justas, y sobre todo basadas en la verdad, les genera tranquilidad, aceptación y seguridad para enfrentar su padecimiento sin temores.

Además, dice el experto, debido a que en la actualidad el cáncer es curable y depende en 90% de que el paciente ponga todo de su parte, para apegarse al tratamiento (lo cual también deben saber los niños), los responsabiliza con su salud y con la idea de luchar por su vida.

Los padres, familiares e incluso los médicos que rodean al pequeño, pueden encontrarse con una serie de preguntas al respecto que los lastiman y, por ende, resultan difíciles de contestar.

La idea de la muerte nos inquieta a todos. Sin importar edad ni condición de salud, el hecho de abordar el tema nos pone a pensar acerca de qué es lo que pasa después, si dolerá o no. También nos preocupa el hecho de saber que quienes nos aman, pueden quedar expuestos a sufrir profundamente nuestra ausencia.

“La muerte es lo único seguro que tenemos en la vida”, dice un dicho, pero no por ello es fácil aceptarlo, mucho menos para un niño cuando teóricamente debería encontrarse en plenitud de disfrutarla, aprender y regocijarse en un mundo de aventuras y descubrimientos cotidianos.

“Ellos no tienen conflicto cuando saben de su enfermedad, dominan perfectamente la información, y claro que preguntan acerca de si van a morir, pero ahí la respuesta es muy clara: Todos nos vamos a morir, pero no sabemos cuándo va a ocurrir. Es una frase muy sencilla, pero a ellos los deja muy tranquilos”.

Mi amigo ya no está

Otra de las preocupaciones para los niños que viven con cáncer, es que suelen ser testigos del fallecimiento de alguno de sus compañeros de hospitalización. De pronto pueden dejar de verlo o son testigos de una crisis de la que no logran sobrevivir.

En estos casos, les da miedo enfrentar el mismo desenlace. Para tranquilizarlos, sugiere el especialista, se les debe explicar que ambos tenían una condición de salud distinta. “Hay que recordarles que ellos están bien y que tienen que concentrarse en continuar así”.

Para aprender a resolver su duelo, cuando un par de niños han llevado una relación cercana y uno de ellos fallece, es justo preguntarle al doliente si desea acompañarlo en el funeral o no, lo cual les permitirá aceptar lo ocurrido y continuar sin temores. “Conocerte a ti mismo, esculpe tu carácter”. Para más información, escribe a: bojorge@teleton.org.mx

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