Juguetes contribuyen al desarrollo infantil

Es a través del juego como los niños pequeños aprenden sobre el mundo en el que viven. El objetivo de un buen juguete debe ser abrirles las puertas a ese conocimiento y dejar un espacio para que desarrollen la imaginación y la creatividad, sin limitarlos.

Por eso, al adquirir un juguete es importante analizar las alternativas que ofrece antes de comprarlo y no porque está de moda o porque nosotros mismos quisiéramos haber tenido uno así en nuestra infancia. Los gustos e intereses del niño de acuerdo a su edad también serán determinantes a la hora de elegir.

0-12 meses

Lo ideal son juguetes sencillos, básicos, de preferencia que sean suaves y con texturas agradables para que no se lastimen y puedan tocarlos y abrazarlos, por ejemplo: móviles y cubos grandes de tela, sonajas u otro juguete que emita un sonido.

Nunca es demasiado pronto para empezar a leerle al bebé. A partir de los 3 o cuatro meses elige libros con dibujos grandes, de colores brillantes. Señalando los objetos más comunes, nómbralos en voz alta.

12-24 meses

En esta etapa comienzan a descubrir la relación causa-efecto. Regálales juguetes que les permitan empujar, jalar, llenar, vaciar, apilar y trepar, por ejemplo: cubos de madera, juguetes apilables o animalitos de peluche.

2-3 años

Para esta edad se recomiendan juguetes que involucren texturas, formas, tamaño y color. Dibujar, pintar, crear formas con plastilina de colores y armar rompecabezas estimularán su creatividad e imaginación. Seguramente disfrutará de un pizarrón y gises de colores para dibujar y borrar cuantas veces quiera.

3-5 años

En esta etapa el juego adquiere un propósito definido; los niños y niñas acostumbran imitar aspectos de su vida cotidiana. Obséquiales materiales para que puedan jugar a situaciones imaginarias, también disfrutan de las manualidades y materiales de arte.

Los juegos de mesa sencillos en los que hay que seguir reglas les ayudan a introducirse en el concepto de que el mundo real está lleno de ellas; tendrá que aprender a esperar su turno con lo que puede entender el concepto de los derechos propios y ajenos que deben respetarse. Ganar o perder el juego le puede enseñar a enfrentar la decepción e intentar el triunfo en otra ocasión.

Por supuesto el aspecto de la seguridad es fundamental en la elección de un juguete. Se recomienda evitar:

• Que los juguetes sean pesados (especialmente los de los bebés) porque pueden golpearse con ellos.
• Los juguetes demasiado pequeños para su edad o con piezas que pudieran tragarse.
• Los juguetes con cordones o cuerdas largas, porque podrían enredarlas alrededor de su cuello.

Analiza algunos aspectos antes de decidir.

Juguetes con un solo propósito

Existen muchísimos juguetes que ofrecen una sola manera de jugar con ellos. En cambio, los juguetes didácticos como los cubos, material de arte o los que imitan utensilios de la vida real, sirven como un mecanismo de adaptación.

Al jugar con ellos, los niños pueden ejercitar sus reacciones ante las preocupaciones de la vida cotidiana. Aunque el pequeño no ejerza el control en su vida en este momento, sí puede controlar el juego: decidir a qué hora duermen las muñecas, qué ropa deben usar, si el camioncito debe subir o bajar la rampa; esto es un mecanismo de imitación de las situaciones reales.

Los juguetes que tienen un propósito definido no permiten que esto suceda: se aprieta un botón y el juguete emite un sonido, aprieta otro y el sonido cambia. Este tipo de juguetes aburren rápidamente a los niños porque se da cuenta de que no hace más que eso. Lo ideal sería darle al niño un instrumento para que haga su propia música.

Cuando los niños controlan su propio juego, estableciendo los parámetros, resolviendo problemas y creando sus propias reglas, están aumentando la seguridad en sí mismos y un sentido de eficacia personal.

Incluso si desde pequeños toman clases y practican deportes muy reglamentados, esa capacidad de resolver se ve limitada. El ejercicio es muy benéfico, pero en ocasiones no les resulta tan divertido.

Juguetes electrónicos o computarizados

Una de las tareas más importantes en el desarrollo de un niño es aprender la relación causa-efecto; al hacer algo obtiene un resultado inmediato. Por ejemplo, si sonríe, su mamá también lo hará; si agita su sonaja se escucha un sonido; si patea el móvil que está sobre su cuna éste se moverá.

Los juguetes electrónicos sabotean este aprendizaje porque el niño piensa que el juguete es el que hace las cosas, y esto le impide comprender cómo él mismo puede hacer que las cosas sucedan. Éstos resultan caros y es triste para los padres darse cuenta de que a los niños les dura muy poco el entusiasmo por ellos. Esto incluye los videojuegos, las computadoras e incluso la televisión porque el lapso que los niños pasan frente a una pantalla les resta tiempo para poder realizar juegos creativos, además de fomentar una dependencia a la pantalla para divertirse. Mientras más pequeños entren en contacto con ellas, mayor será su adicción.

Diversos estudios han demostrado que el contacto constante con los juguetes computarizados o de alta tecnología, afectan la manera en que se desarrolla la mente de los niños, reduciendo sus períodos de atención e incrementando su necesidad de gratificación instantánea.

Juguetes violentos

Hoy en día proliferan los juguetes que tienen relación con la violencia y lo grotesco. Al regalarles juguetes con temas violentos, los niños pueden llegar a aceptar la violencia como algo normal en su vida. Entre más pequeños se vean expuestos a este tipo de juguetes, además de los programas con alto contenido de violencia que ven por televisión, más fácil será que asimilen el mensaje de que la violencia es la llave del poder.

Al regalar un juguete a nuestros hijos, les estamos diciendo implícitamente que después de analizarlo minuciosamente lo hemos considerado apropiado para ellos. ¿Tú lo haces?

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