Estrabismo no es cosa de risa

En México, 4% de menores de 6 años, es decir, más de 600 mil infantes, padece estrabismo. Y junto con este defecto visual, la burla y conmiseración de la gente.

El estrabismo no es consecuencia de un mal viento o de hacer bizcos cuando se es pequeño; tampoco se cura por si solo.

Es un trastorno que si no recibe tratamiento adecuado antes de que se cumplan los 7 años, puede provocar la pérdida de más de 50% de la visión en el ojo u ojos afectados.

Las principales causas
Las causas del estrabismo son diversas: desde lesiones en nervios o músculos del ojo ocasionadas por infecciones, tumores o golpes; trastornos cerebrales causados por un fuerte golpe; antecedentes familiares; por cirugía de cataratas o desprendimiento de retina, o, incluso, por una incorrecta graduación de anteojos.

De acuerdo con el Instituto de Oftalmología Fundación Conde de Valenciana, el estrabismo es una condición en la que los ojos están mal alineados, puede afectar a cerca de 5% de la población general, empieza en la infancia y, si no se atiende, puede existir de por vida.

En la gran mayoría de los casos, la cirugía es recomendable y consiste en modificar la acción de los músculos encargados de movilizar el globo ocular.

Tratamientos para estrabismo infantil

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a través del Servicio de Oftalmología del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, atiende este padecimiento en menores desde los 3 meses de edad. Dependiendo de la magnitud o causas del estrabismo, se utilizan distintos tratamientos.

Algunos niños necesitan usar anteojos con graduación; otros, hacer ejercicios de oclusión para alinear el ojo afectado y sólo a aquellos pequeños que tienen estrabismo por herencia, se les aplican inyecciones de toxina botulínica (botox).

Este tratamiento es ideal para menores de 2 años y consiste en la administración de pequeñas dosis para provocan una parálisis transitoria del músculo que rodea el ojo y poder corregir la desviación.

Es normal que muchos bebés tengan uno o ambos ojos desalineados hasta prácticamente los tres meses de vida. Lo que no es normal es que el defecto persista.

Por ello, los padres deben estar muy atentos ante ciertos signos, por ejemplo, la evidente desviación de uno o ambos ojos, que puede ser vertical u horizontal, la visión borrosa o doble, o la inclinación de la cabeza con la intención de ver mejor o dejar de ver doble.

La atención médica oportuna y no la risa, es la diferencia entre una vida plena y con autoestima.