¡Enseña a tus hijos a lavarse las manos!

“Lávate las manos”. Sí, lo sabemos. Ésta es la frase que escuchamos en todas partes. Sin embargo, incluso para los adultos, es complicado llevarla a cabo. ¡No te preocupes! Hoy es un buen día para empezar a poner el ejemplo y establecer esta acción como un buen hábito de higiene en todos los miembros de la familia, incluyendo los más pequeños.

Todos deben recordar que lavarse las manos es eficaz para matar gérmenes y bacterias sólo si se hace correctamente. ¡No basta con ponerlas al chorro del agua y untarse el jabón! Hay que hacerlo por lo menos tres veces al día durante, aproximadamente, 20 segundos cada vez.

  ¡Limpieza profunda!

Les sugerimos que pongan en práctica la siguiente técnica de lavado de manos

1. Mojar

Cuiden la temperatura del agua (tibia es mejor). Las manos se deben humedecer hasta las muñecas y por ambos lados. ¡No desperdicien éste líquido, cierren la llave!

2. Enjabonar

Existe una gran cantidad de jabones para manos. En el caso de los niños, las presentaciones de colores o las espumas pueden hacer la experiencia más divertida.

3. Frotar

Háganlo enérgicamente durante 20 segundos, tallando las muñecas, los dedos (entre cada uno de ellos, huellas y pulgares), debajo de las uñas y ambos lados de las manos.

4. Enjuagar

Mojen de nuevo cada área de sus manos hasta eliminar completamente cualquier resto de jabón.

5. Secar

Lo mejor es hacerlo con una toalla de papel desechable y utilizar ésta para cerrar la llave del agua y abrir la puerta del baño (sobre todo en los baños públicos). Si usan toalla de tela es importante que esté seca y limpia, y cambiarla cada dos o tres días.

  ¡Manitas al agua!

Los niños deben lavarse las manos al participar en actividades que aumenten el riesgo de atraer o propagar gérmenes. Por ejemplo: antes de comer o tocar alimentos que van a ingerir; después de ir al baño, sonarse la nariz, jugar a la intemperie, estornudar o toser, tocar algo contaminado, jugar con mascotas o animales y al llegar a casa.

Regla de oro. Si sienten sus manos pegajosas o si se ven sucias, ¡háganlo también!

Como padres, animen a sus hijos a lavarse las manos no sólo en casa, sino también en la escuela, en casa de sus amigos y en todas partes.

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