Alimentación complementaria

Desde 1998, la Organización Mundial de la Salud (OMS) denominó el término “Alimentación Complementaria” (AC) para referirse al proceso que inicia con la introducción gradual y paulatina de alimentos diferentes a la leche materna. La AC tiene como objetivo satisfacer las necesidades nutrimentales del niño, y no necesariamente destetarlo, hasta integrarlo a la dieta de su familia.

Esta situación establece una visión congruente entre las formas de alimentación y las necesidades nutrimentales de los pequeños, para que en el primer semestre de vida no reciban alimentos diferentes a la leche materna sin razones justificadas; y para que en el segundo semestre reciban una alimentación complementaria correcta.

Durante el primer año de vida los bebés se encuentran en una situación muy vulnerable en donde la alimentación depende totalmente de los adultos, influenciados por los profesionales de la salud, los medios de comunicación masivos y la industria que procesa alimentos para lactantes.

Para iniciar el proceso de AC se recomienda recurrir a los alimentos de origen natural, no procesados, frescos, de la región, de la temporada y culturalmente aceptados. No se recomienda que los niños ingieran alimentos crudos, huevo, quesos frescos o crema en su segundo semestre de vida, debido a la facilidad con la que éstos se contaminan y son una fuente de cultivo, para organismos causantes de infecciones. Todas las verduras deberán ofrecerse cocidas.

Bajo los consejos del pediatra, se recomienda que al inicio del AC se dé un solo alimento, entre los que se encuentran cereales, frutas o verduras en una consistencia apropiada.

(Fuente: FLORES-HUERTA, Samuel et al. Alimentación complementaria en los niños mayores de seis meses de edad: Bases técnicas. Bol. Med. Hosp. Infant. Mex. [online]. 2006, vol.63, n.2, pp. 129-144. ISSN 1665-1146.)