Si no dejas de insultar a la gente es porque padeces...

*Este contenido original se publicó en 2018, pero sigue siendo relevante al tratarse de temas en pro de tu salud.

Desde niños nos enseñan que hay ocasiones que debemos ponernos “un filtro” en la boca, pues no podemos decir abiertamente todo lo que pensamos de las demás personas o criticar cruelmente, sin embargo,  hay personas que pueden llegar a ofender (aún sin tener esa intención), se le conoce como síndrome de Tourette, un trastorno de insultos incansables.

De acuerdo Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares, el síndrome de Tourrent, es un trastorno neorológico que ocasiona movimientos repetitivos, sonidos y palabras (tics).

La mayoría cuando escuchamos la palabra tics, de inmediato solo lo asociábamos a un repetitivo parpadeo, sin embargo, este síntoma podría involucrar a más músculos del cuerpo. Por ejemplo sacudir la cabeza, los hombros, olfatear, brincar, hacer gruñidos,  decir palabras obscenas o groseras, golpear su rostro, entro otros. Estos tics para quienes padecen el síndrome de Tourette, son impulsos que no se pueden frenar.

Si no dejas de insultar a la gente es porque padeces.../ cortesía iStock

De acuerdo a Clínica Mayo, las principales causas que ocasiona el síndrome de Tourette, es una combinación de factores genéticos y ambientales. Además que los hombres tienen aproximadamente cuatro veces más probabilidad que las mujeres de desarrollarlo.

Este padecimiento se presenta a partir de los 7 años, aumentando los síntomas sobre todo durante la adolescencia o cuando la persona que padece este síndrome se encuentra bajo un ambiente de ansiedad o excitación. Además, si la ropa queda demasiado justa a la altura de cuello, puede provocar aumento de tics.

No todos los tics indican que es síndrome de Tourette, pues a veces desaparecen por sí solos, sin embargo, si es importante acudir con su médico si nota ciertas conductas o palabras “groseras” repetitivas.

Aunque este trastorno no tiene cura, es una enfermedad que suele disminuir después de los 20 años y quienes lo padecen  pueden tener una buena calidad de vida, pues no es degenerativa.