El coqueteo, toda una ciencia
POR: Mariana Peña
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Subir las cejas cuando pasa una chica guapa en falda no es accidental, de hecho es señal de tus capacidades evolutivas. Los gestos, posiciones y miradas dicen más mensajes de los que crees, de hecho podrían ser la clave para encontrar la pareja indicada.
Distintos estudios y experimentos conductuales dicen que estos pequeños detalles que pueden o no ser conscientes, son sumamente reveladores para identificar parejas potenciales para pasar a la siguiente etapa de interacción.
Biólogos evolucionistas sugieren que cuando una persona ejecuta con éxito ciertas maniobras de coqueteo es más propenso a tener éxito al encontrar pareja y reproducirse, acción que fue aprendida en el tiempo y adoptada por toda la especie.
Pareciera que son más las señales que toma el inconsciente las que deciden que pareja escogemos, pero son múltiples los factores que entran en juego, desde la etapa en el periodo de ovulación en las mujeres hasta las constantes miradas que los hombres dirigen hacia su abdomen bajo haciendo marketing de su oferta.
Inversión emocional
El programa de MTV “Enchúlame la máquina” lo dice todo. El coqueteo es simplemente una forma de probar el desempeño y potencial valor del sujeto puesto a prueba, en cuanto a términos biológicos e instintivos se refiere. Un hombre dispuesto a gastar millones de dólares en “enchular” su automóvil, no es una acción pensada al azar. Los jugadores pueden cambiar, pero el juego es el mismo. ¿El premio? Encontrar pareja y producir descendencia sana y fuerte.
Se requiere un breve intercambio de muestras de poder por parte de los hombres, y muestras de fertilidad por parte de las mujeres. En el pasado fueron la caza y la cantidad de hijos. Hoy se traduce no en dinero, pero si tal vez en una mejor mesa en el restaurante de moda o una operación plástica de senos.
Coqueteamos porque no podemos evitarlo. Las razones pueden ser variadas y si se hace con responsabilidad los resultados pueden ser benéficos. Dejarle saber a la pareja que tenemos más ofertas nunca ha hecho daño a nadie, pero hacerlo sólo si eres capaz de manejarlo con inteligencia y sin sobrepasar los límites acordados en tu relación, es la clave.