20% de las mexicanas son madres solteras

De acuerdo con las investigadoras mexicanas María Antonieta Barragán Lomelí y Mónica León, autoras del libro “Hijos sí, marido no, una nueva alternativa familiar”, en México existen alrededor de 10 millones de madres solteras, lo cual constituye un 20% de las más de cincuenta millones de mujeres que viven en el país.

Cifras proporcionadas por el Consejo Nacional de Población (Conapo) indican que en México una de cada cinco mujeres de las generaciones jóvenes (menores de 30 años de edad) inicia su primer embarazo siendo soltera.

A su vez, por lo menos la mitad de las mujeres en edad reproductiva en el país educan solas a sus hijos: 11% por divorcio, 17% por viudez, 12% por abandono del hombre, y el 60% restante por ser madres solteras.

Además, se estima que 80% de las mujeres que se someten a un procedimiento de inseminación asistida en México, son solteras y sin pareja, que buscan un hijo a través de semen donado.

Independientemente de qué tan sola está una mujer durante su embarazo, hay premisas que deben convertirse en ley en estas circunstancias. La primera de ellas es que tú ya no eres tú, sino ustedes (tú y tu bebé), pero que ambos están regidos durante esta etapa por lo que sean tus decisiones.

Por ejemplo, si decides fumar, estarás fumando por los dos y si decides tener una vida sana, ello también impacta en los dos. Los controles médicos y una vida sana es lo mejor que puedes hacer en esta etapa sumados a una actitud positiva que convertirá a tu hijo en una persona sana física y espiritualmente.

Cuidados básicos

Durante el embarazo es especialmente importante que te cuides y te consientas mucho. Recibirás consejos de todo el mundo sobre lo que debes y no debes hacer; sin embargo, cada embarazo es diferente y cada mujer es distinta.

Debes estar en contacto con su médico y realizar puntualmente las revisiones que le correspondan durante el embarazo. Existen algunos cuidados básicos a los que debes prestar especial atención:

Nutrición. Debes tener en cuenta que, durante el embarazo, mamá está comiendo para dos o más. No es el momento, por tanto, de escatimar calorías o ponerse a dieta.

Durante un embarazo normal se tiende siempre a engordar y no hay que angustiarse por ello. Por otro lado, tampoco es conveniente abandonarse y abusar de comidas grasas, dulces o comida chatarra.

Es importante intentar mantener una dieta equilibrada a base de frutas, verduras y cereales o pan integral. Algunos médicos aconsejan realizar varias comidas diarias en las que la futura mamá no debe comer grandes cantidades, así como evitar las grandes comilonas y el distanciamiento excesivo entre comida y comida.

Otra recomendación importante es no comer carnes crudas o poco preparadas, embutidos o carnes semicrudas. Siempre que se coma carne, ésta debe estar bien cocinada. También es importante lavar bien toda la fruta y la verdura que vaya a ser consumida.

El aporte de calcio adicional es importante para las mujeres embarazadas, por lo que hay que añadir a la dieta diaria leche y derivados de la leche, jugo de naranja enriquecido, brócoli, sardinas u otros alimentos ricos en calcio. Es también fundamental la ingesta de líquidos abundantes (al menos ocho vasos de agua al día). Muchos médicos especialistas recomiendan añadir un suplemento de ácido fólico para evitar las malformaciones del tubo neural (espina bífida) del bebé.

El suplemento debe darse un mes antes de la concepción y durante los tres primeros meses de embarazo. Es también una buena idea reducir el consumo de sustancias como el café, el té, los refrescos y el chocolate. Se ha relacionado el aborto espontáneo con la ingesta de grandes cantidades de cafeína.

Ejercicio físico. Es recomendable durante todo el embarazo y de preferencia que sea ejercicio físico de bajo impacto, siendo los más indicados la natación y caminar. También se pueden practicar otros como el yoga o el tenis, pero en caso de sentir fatiga excesiva, falta de aire o incomodidad, se debe disminuir la intensidad y el ritmo del ejercicio en cuestión. Es recomendable realizar paradas frecuentes en la práctica de cualquier deporte durante el embarazo. 

Los  ejercicios de Kegel” ayudan a fortalecer y a preparar los músculos de la cavidad pélvica para el parto. La forma más sencilla de aprender a controlarlos es interrumpiendo y liberando el flujo de orina durante la micción. Una vez se identifica y se aprende el mecanismo, se puede poner en práctica estando simplemente sentado en una silla.

El sueño. Es importante cuidarlo de manera especial; se debe intentar dormir tanto como sea posible. A medida que el abdomen se vaya dilatando, será más difícil encontrar una posición que permita dormir con comodidad. Por ello, la futura mamá debe intentar descansar tumbada sobre el lado izquierdo todo lo que le sea posible.

Dormir sobre este lado desplaza el útero de manera que éste no comprime los grandes vasos (la arteria aorta y la vena cava). Esto optimiza el flujo sanguíneo hacia la placenta y, por lo tanto, al bebé. También ayuda a prevenir la inflamación de las piernas de la madre. 

Los cuidados, mimos, atención médica y preparación para un parto feliz, te demostrarán que en esto no estás sola.