10 tips para saber si tu hijo es víctima de bullying

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El 77% de los estudiantes de primaria y secundaria de la Ciudad de México se asume víctima, agresor o testigo de maltrato e intimidación hacia sus compañeros. Cortesía: Photos.com
Salud180, El estilo de vida saludable

POR: Hospital Angeles

El estilo de vida saludable

02-06-2014

En la actualidad algunos especialistas advierten que entre la población escolar adolescente del país se está presentando de forma creciente y preocupante la práctica del acoso escolar (bullying). Consiste en agresiones físicas y psicológicas entre los alumnos que pueden excluir socialmente a los afectados.

 

Es una realidad, el bullying se práctica en nuestras instituciones educativas como lo refleja un estudio realizado por la Secretaría de Educación del DF, el cual reveló que el 77% de los estudiantes de primaria y secundaria de la Ciudad de México se asume víctima, agresor o testigo de maltrato e intimidación hacia sus compañeros.

 

No obstante, en algunos centros educativos públicos y privados ya se están analizando estos casos de agresividad entre jóvenes, quienes en ocasiones sólo se detienen cuando logran lastimar a su víctima. Aunque este tipo de conducta siempre ha existido, no puede considerarse como un comportamiento normal.

  Jóvenes maltratados

 

En lo general, la palabra acoso puede abarcar, entre otras cosas: intimidar, atemorizar, excluir, fastidiar, incomodar, provocar, desafiar, golpear o insultar. En este acto se presentan al menos tres criterios importantes a considerar: conlleva un comportamiento negativo que denota maldad, es repetitivo a lo largo del tiempo y se produce en una relación caracterizada por desequilibrio de poder o fuerza (Olweus, 2000).

 

Existen diferentes tipos de acoso dependiendo de la situación y ambiente en el que se genera. En el entorno escolar se puede presentar en dos formas:

 

Directo, es la forma más común entre los niños y adolescentes; se traduce en peleas, agresiones físicas e incluso palizas.

 

Indirecto o psicológico, se caracteriza por pretender el aislamiento social del agredido, mediante la propagación de difamaciones, amenazas o críticas que aluden a rasgos o limitaciones físicas, además del chantaje.

 

Con el uso de nuevas tecnologías, además, los niños pueden ser agredidos a través de mensajes vía SMS o ser exhibidos en Internet cuando son objetos de burlas o agresiones físicas.

 

Este tipo de conducta suele presentarse en ausencia de adultos, lo que dificulta su detección; no obstante, el apoyo de profesores, directivos y padres de familia es indispensable para encontrar una solución lo antes posible.

  Las consecuencias

 

Los niños que son intimidados experimentan un sufrimiento real que puede interferir en su desarrollo social y emocional, así como en su rendimiento escolar. Además, comienzan a perder bienes materiales o piden más dinero a sus padres para cubrir los chantajes del agresor. En los casos más severos, advierten los expertos, presentan moretones o agresiones evidentes en la cara y el cuerpo.

 

Los agresores a menudo eligen niños pasivos, que se intimidan con facilidad o que tienen pocos amigos. Las víctimas también pueden ser menores que sus agresores, por lo que es difícil que se puedan defender. Además, la situación se agrava cuando los afectados les ocultan su problema a los adultos con los que conviven, como sus padres o profesores.

  Algunas medidas de prevención

 

1. No le pidas a tu hijo que resuelva solo el problema y mucho menos con violencia, porque esto, lejos de solucionar el problema, puede ocasionar más estrés en los niños o adolescentes y la próxima vez tal vez no quieran platicar el problema con los padres. Fomenta valores como responsabilidad, solidaridad etc., con tus hijos.

 

2. Evita que en casa haya gritos, golpes o insultos, recuerda que los niños son un reflejo de lo que viven en casa.

 

3. Enseña a tus hijos a controlar sus emociones e impulsos.

 

4. Determina límites en su conducta.

 

5. Relaciónate y conoce a los amigos de tus hijos.

 

6. Enseña a tu hijo a reconocer sus errores y a pedir disculpas si es necesario. Si comprobaste que tu hijo es un acosador, no ignores la situación porque seguramente se agravará, calmadamente busca la forma de ayudarlo.

 

7. Cuando se detecta un caso de bullying, los padres del niño deben trabajar conjuntamente con la escuela para resolver el problema de una forma inmediata.

 

8. Habla con los profesores, pídeles ayuda y escucha todas las críticas que te den sobre tu hijo. Mantente informado de como la escuela está tratando dicho caso y los resultados que se están obteniendo.

 

9. Nunca dejes de demostrarle amor a tu hijo, pero también debes hacerle saber que no permitirás esas conductas agresivas e intimidatorias, deja muy claro además las medidas que se tomarán a causa de su comportamiento y en caso de que continúe de esa manera.

 

10. Si efectivamente comprobaste que lo están acosando, mantén la calma y no demuestres preocupación, el niño tiene que ver en tu rostro determinación y positivismo. 

 

El hogar es la principal fuente de amor y educación de los hijos porque en ella aprenden valores y conductas, evita que sea el lugar en donde copien la violencia

 

Ten presente que el bullying tiene graves consecuencias que pueden llevar al suicidio. ¿Estás segura que tus hijos no son víctimas?

 

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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