¿De dónde son los cacahuates japoneses? Al parecer no de donde crees

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¿De dónde son los cacahuates japoneses? Al parecer no de donde crees Foto: iStock
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POR: Salud180.com

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17-09-2020

Los cacahuates japoneses son una de las botanas más populares y los favoritos de muchos, ya sea solos o preparados. Sin embargo, siempre nos entra una duda: ¿realmente son japoneses? Porque quizá hayas escuchado que allá les llama cacahuates mexicanos (spoiler: es falso). Te contamos más sobre el origen de esta rica botana.

 

Confieso que tengo una debilidad por las nueces y semillas y, entre ellas, los cacahuates japoneses están en mi top. Sí, ya sé que no son la opción más saludable ni la que me aporte las mayores propiedades o beneficios de los cacahuates, pero el sabor de esa capita exterior es perfecto: una mezcla entre dulce y salado, no sé, me encantan.

 

Toda mi vida los he conocido como japonenses, por lo tanto, siempre supuse que venían de allá, digo, suena lógico, ¿no? Nunca me imaginé que años después descubriría que salieron de un lugar más cercano de lo que jamás creería.

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¿Cuál es el origen de los cacahuates japoneses?

Aquí hay un debate, sin embargo, los cacahuates japoneses tal como los conocemos en México y, prácticamente la primera marca que apareció en el país, tuvo origen en el famoso barrio de La Merced, al centro de la Ciudad de México.

 

De acuerdo al sitio Descubra a los Nikkei (nombre que se les da a los emigrantes japoneses y a sus descendientes), esta popular botana fue elaborada inicialmente por Yoshigei Nakatani, un emigrante japonés que arribó a México en 1932, y quien fue contratado por Heijiro Kato, un importante empresario japonés.

 

Nakatani, junto con otros trabajadores inmigrantes de las empresas de Kato, radicó en La Merced. Lamentablemente, la guerra de 1941 entre Japón y Estados Unidos, trajo consecuencias para los inmigrantes japonenses y muchos establecimientos tuvieron que cerrar, incluidos los de Kato, quien se creía que era un espía del gobierno japonés.

 

Frente al desempleo, Nakatani usó su oficio de aprendiz en una dulcería de su pueblo natal, Sumoto, y comenzó a hacer muéganos. Frente al éxito de estos, elaboró una fritura alargada de trigo aderezada con sal a la que llamó oranda y, posteriormente, surgieron los cacahuates japoneses.

 

Por si no lo sabías, estos se preparan con cacahuate, harina de trigo y soya, las dos últimas son las encargadas de esa crujiente cubierta, de ahí su sabor tan peculiar. De hecho, originalmente la idea de su creador era utilizar harina de arroz, pero en México no la encontraba, así que la cambió por la de trigo, que es la que todos conocemos.

 

Desde sus inicios este cacahuate logró una gran popularidad, al igual que sus otros dulces, y la familia comenzó su pequeña empresa con maquinas caseras fabricadas por los herreros del barrio y la venta se hacía a las largas colas de personas que se acercaban a la vecindad donde vivían.

 

Curiosamente el nombre, más que haber sido puesto por su creador, nació de que los clientes les llamaban “los cacahuates del japonés” y, ya sabes que todo termina por acortarse, así fue como surgió el reconocido: cacahuate japonés. El negocio fue creciendo hasta ser nombrado Nipon, de la cual seguro has escuchado.

cacahuates tostados en un recipiente

Foto: Pixabay

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¿Cacahuates 100% mexicanos?

Aquí es donde viene el debate, pues claramente, como te conté al inicio, los cacahuates que nos comemos de su empaque de celofán, surgieron el La Merced, sin embargo, tampoco es que Nakatani los inventara de cero.

 

En realidad, se basó en una golosina que le recordaba a su infancia en Japón. De hecho, en un artículo del sitio Vice, buscaron desmentir el mito de que en Japón se les llama cacahuates mexicanos, lo que tenía a medio país con la cabeza “volada”.

 

Y es que en realidad, este tipo de productos son populares en Japón y se les llama mamekashi. Se trata de semillas cubiertas con una capa dulce o saborizada y que pueden llevar diferentes sabores, como alga o calamar.

 

¿Entonces de dónde son? Pues podríamos decir que tienen doble nacionalidad, ¿no crees? De nacimiento son mexicanos, pues son los únicos de ese tipo que conocemos en México, pero su inspiración es japonesa, al igual que lo era su creador.

 

Al final, para nosotros siempre serán mexicanos y, lo más importante, es que son deliciosos y una gran botana para una tarde de películas o simplemente mientras trabajas en la computadora. Eso sí, no los hagas parte de tu rutina diaria, pues contienen más calorías que los naturales, además de sodio.

 

Si quieres incorporar nueces y semillas a tu alimentación, hazlo a partir de las naturales, sin sal ni aceite. Recuerda que estas contienen grasas saludables, además de fibra. De hecho, de acuerdo al sitio de difusión científica, Elsevier, existe evidencia científica de la actividad cardioprotectora del consumo habitual de los frutos secos. Claro, siempre dentro de una dieta equilibrada y sin abusar.

 

Ahora ya lo sabes, los cacahuates japoneses son mexicanos, pero al mismo tiempo tienen algo de japoneses. Digamos que era imposible que no fuera así si su “papá” fue un inmigrante japonés. Lo importante aquí es seguirlos disfrutando y mantenerlos en nuestro corazón como una de las botanas mexicanas favoritas.

 

 

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