Loperamida: para qué sirve y sus efectos secundarios

La loperamida es una gran aliada contra la diarrea, pues nos ayuda a “cortarla”, algo que puede llegar a salvarnos de un momento incómodo, en especial cuando estamos fuera de casa, pero ¿cuál es la forma correcta de usarla? Aquí te lo decimos, así como las contraindicaciones y posibles efectos secundarios.

¿A quien no le ha dado diarrea? Creo que ninguno nos salvamos de haber pasado por esa sensación de “retortijón” que, además de la mayoría de las veces ser muy inoportuna, resulta bastante incómoda, en especial cuando es provocada por una infección, pues puede ir acompañada de otros síntomas.

Y sin duda, entre los medicamentos más conocidos para el tratamiento de la diarrea, está la loperamida, que quizá ubiques más por sus nombres comerciales: Imodium o Lomotil, e incluso puede que hasta los hayas utilizado.

¿Para qué sirve la loperamida?

Tal como lo mencioné, la loperamida tiene un uso terapéutico contra la diarrea. De acuerdo a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, se utiliza para controlarla cuando es provocada por bacterias, virus y parásitos, pero también en procesos diarréicos crónicos asociados a una enfermedad inflamatoria intestinal.

¿Cómo funciona la loperamida? El libro Vademécum Académico de Medicamentos, explica que esta sustancia tiene propiedades opiodes, por lo que actúa sobre los receptores opioides del intestino delgado, aumentando la actividad muscular circular y longitudinal, lo que disminuye el tránsito gastrointestinal.

¿Cómo se toma la loperamida?

La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, explica que en el caso de la loperamida sin receta, es decir, utilizada sólo para controlar la diarrea que dura menos de dos semanas, generalmente la indicación es después de cada evacuación diarreica, siempre sin superar la cantidad máxima para 24 horas.

Esta suele estar indicada en el empaque del producto, por eso la importancia de la recomendación de siempre: lee muy bien todas las etiquetas y, de preferencia, consulta a un médico o pregúntale al farmacéutico para evitar tomarlo de forma incorrecta, así como prevenir complicaciones.

Recuerda que no es lo mismo una diarrea de un par de días a una de semanas, asimismo, hay otras medidas que debes tomar para evitar la deshidratación. No dudes asistir a consulta para averiguar la causa y tomar el tratamiento correcto, pues la loperamida únicamente trata la diarrea, no el origen del problema.

En cuanto a los niños, dependerá mucho de su edad y peso, consúltalo con el pediatra y siempre verifica que el medicamento sea apto para niños. De igual modo, no excedas la dosis para un día, que puede ser de 2 a 3 tomas, en mayores de dos años.

Finalmente, si no mejoras en 48 horas de empezar a tomarla, interrúmpela y acude con el doctor. Y no olvides avisar sobre los medicamentos que tomas para evitar una interacción.

¿Quiénes no puede tomar loperamida?

* Niños menores de 2 años. La Asociación Española de Pediatría recomienda su uso después de los 2 años, sin embargo, señala que a partir de esta edad debe tomarse con precaución y supervisión médica.

* Personas con hipersensibiliad a la loperamida o algún componente de la fórmula, como la lactosa.

* Pacientes con colitis ulcerosa aguda, Salmonella, Shigella o disentería aguda (heces con sangre y fiebre elevada), así como enterocolitis bacteriana.

* En diagnósticos de Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA), debe tomarse con cuidado por el riesgo de megacolon tóxico y colitis infecciosa.

* Al no existir estudios sobre los riesgos en el embarazo, debe usarse con precaución y bajo supervisión. La misma recomendación es en el caso de la lactancia, pues se desconoce si se puede “pasar” por la leche materna.

¿Cuáles son los efectos secundarios de la loperamida?

De acuerdo a la UNAM, los más comunes están relacionados con el aparato digestivo y el riesgo de padecer estreñimiento, vómito, boca seca, abdomen hinchado o inflamado, además de debilidad o fatiga, somnolencia y mareos.

En caso de presentar esos u otros menos frecuentes, como sarpullido, piel roja y con ampollas, urticaria, picazón, dificultad para respirar, fiebre, dolor de estómago y sangre en las heces, consúltalo con tu médico para identificar si debes suspender el medicamento.

De igual modo, es muy importante tomar en cuenta que la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), señala que tomar dosis más altas que las recomendadas de loperamida o su uso excesivo o indebido, puede causar problemas cardíacos graves e incluso conducir a la muerte.

Aunque esto se ha relacionado principalmente con personas que usaron este medicamento para tratar la abstinencia de opiáceos, no está de más puntulizarlo para evitar salirte de la dosis indicada por tu médico o la etiqueta.

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¿Cómo identificar y tratar un cuadro de diarrea?

El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, señala que cuando tus heces son flojas y líquidas por más de 3 veces al día, hablamos de una diarrea. La más común es de tipo aguda, que dura entre 1 y 2 días, y desaparece de forma espontánea. Cuando supera las 2 semanas, se le considera persistente, y después de 4, crónica.

En general, en casos donde dura menos de 4 días, no es necesario encontrar una causa y se puede tratar con loperamida u otros antidiarreicos, además de beber muchos líquidos para recuperar los perdidos, pues entre las complicaciones están la deshidratación.

Sin embargo, si tu diarrea supera este periodo o presentas fiebre y/o sangre en las heces, así como heces de color negro, vómito o 6 (o más) “idas al baño” en 24 horas o síntomas de deshidratación, debes acudir al médico para encontrar la causa de la diarrea y tratarla, pues puede relacionarse con un virus, bacteria u otros trastornos digestivos que es importante tratar de origen.

En conclusión, la loperamida puede ser una buena aliada contra la diarrea, pero debes vigilar que esta no sobrepase los dos días ni se acompañe de otros síntomas. Asimismo, no olvides que la mejor forma de evitar aquella relacionada con una infección o intoxicación por alimentos, debes manipular correctamente los alimentos y tener una buena limpieza de manos. Recuerda que el mejor tratamiento es la prevención.