Somos lo que comemos

De una alimentación adecuada en cada etapa de la vida, depende la salud y el bienestar de cada persona. La doctora Pilar Riobó, nutricionista de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid (España), una institución con 70 años de experiencia en investigación y docencia en temas de salud, asegura que “al elegir lo que comemos, elegimos nuestra salud”.

El caso de las personas mayores es muy especial porque es preciso atender las circunstancias de su edad y el estado de su salud para ofrecerles una dieta equilibrada, nutritiva y adecuada. Para ello, hay que tomar en cuenta que como resultado del envejecimiento, el gusto y el olfato de los mayores empieza a declinar, lo que hace que pierdan interés por la comida. A esto hay que agregar el mal estado de la dentadura y la resequedad de la boca, que impiden una correcta masticación y, por ende, dificultan la ingesta de alimentos. Es frecuente que los mayores no noten la sensación de sed, lo que puede favorecer la deshidratación y esto en temporada de mucho calor llega a ser sumamente peligroso. Por otro lado, las funciones digestivas también disminuyen, dando lugar a cierto tipo de intolerancias, generalmente a la lactosa.

En estos casos, es recomendable sustituir la leche por yogures.

Lo ideal, apuntan los expertos, es que los ancianos hagan seis comidas al día, no muy copiosas, de alimentos variados, apetecibles y blandos, pero sin abusar de los triturados. El aporte proteico se obtiene a través de la carne, el pescado, la clara de huevo y los derivados lácteos. En última instancia, se puede recurrir a los suplementos nutricionales para mayores.

• ¿Cómo tomar más fibra en el caso de ancianos diabéticos?

1. La fibra es fundamental para todos los adultos mayores, pero para aquéllos que padecen diabetes, lo es más. Los expertos recomiendan algunas medidas para aportar más fibra en su alimentación sin descuidar el tema de la diabetes:
2. Comer alimentos en el estado más natural posible.
3. Utilizar arroz integral en vez de arroz blanco, y consumir pan integral.
4. Son preferibles las frutas frescas a las conservadas.
5. Consumir manzanas, melocotones o peras de cultivo biológico y sin pelar. Hacer lo mismo con verduras como papas, calabaza o zanahoria.
6. Comer ensalada cada día.
7. Los copos de avena y el salvado son un excelente relleno para numerosos platos, así como para espesar las salsas.
8. Las legumbres deben ir reemplazando a la carne.
9. A comer bien, sin importar la edad.