Refrigerios saludables para las y los escolares

En las escuelas, la hora del recreo es el momento más importante del plantel escolar. Generalmente tiene una duración de 30 minutos tanto en planteles públicos como privados. Es un periodo de descanso donde los niños juegan, platican con sus amigos y consumen sus alimentos y bebidas. Los niños pueden traer su propio refrigerio desde casa o tienen la oportunidad de elegir sus alimentos en las cooperativas escolares, y en algunos casos comparten su refrigerio con sus compañeros.

El refrigerio desempeña un papel importante en la alimentación de los escolares, ya que les permite cubrir la energía y los nutrimentos que necesitan durante el día. Se conoce por refrigerio o lonche a una porción de alimento proporcionalmente más pequeña que las comidas mayores, pero que complementa el plan de alimentación del día. La cantidad de los alimentos debe ser suficiente para proveer a los niños la energía necesaria, pero no tanta como para que les impida tener apetito para la siguiente comida completa.

En la etapa escolar sigue vigente la regla básica de la división de responsabilidades. Los encargados (padres, abuelos, maestros, equipo de salud y cooperativa escolar) son responsables de qué comida se ofrece y cómo se hace esto. Los niños por su parte, conforme van creciendo deben hacerse responsables de cuánto comen y, de hecho, de comer o no hacerlo.

Profesionales de salud e instituciones coinciden que el refrigerio debe aportar entre 15 al 20% de la energía total. El resto se distribuye en el desayuno, comida y cena (70%), y un tiempo entre comidas fuera de la escuela (10 o 15%). Al momento de planear un refrigerio se debe tomar el consumo deficiente de vitaminas y minerales en la población mexicana y considerar los riesgos a la salud que implica el consumo excesivo: grasas totales, saturadas y trans, azúcar y sodio.

Lonche sano

Es necesario que los profesionales de salud, padres de familia y escuela brinden al niño un marco de referencia que le permita escoger un refrigerio saludable. En su hogar el niño observa los hábitos de alimentación de sus padres, en la medida que estos sean adecuados el niño tendrá más herramientas para poder elegir alimentos que favorezcan su salud. La finalidad es lograr que el niño entienda y aplique su responsabilidad en el momento en que le toque decidir qué comer, como lo es la hora del recreo.

Fomentar el consumo de refrigerios saludables desde la niñez, puede ayudar a establecer hábitos sanos y apropiados de alimentación para toda la vida.

A continuación algunas sugerencias para complementar un refrigerio saludable:

• Fruta: fresca, congelada, enlatada o deshidratada.
• Yogur bajo en grasa.
• Verduras crudas y picadas, con limón y chile.
• Panquecitos integrales.
• Palomitas de maíz bajas en grasa.
• Galletas integrales con queso bajo en grasa.
• Atún en agua, una barrita de surimi o una rebanada de queso fresco.
• Paquetitos de cereal.
• Barras de cereal.

Más información en: www.inskelloggs.com