Reflexiones sobre la salud laboral en América Latina

Todos estamos de acuerdo en que las condiciones y los ambientes sanos de trabajo, son un derecho básico humano que contribuyen a la productividad y la creatividad, y que responden a las demandas diarias de productos y servicios. El problema es que en muchos países latinoamericanos este derecho básico es soslayado. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ofrece algunas revelaciones interesantes de lo que ocurre en América Latina:

• Cada minuto ocurren 36 accidentes ocupacionales en América Latina y el Caribe.
• Aproximadamente 300 trabajadores mueren diariamente como consecuencia de accidentes ocupacionales.
• Sólo se reporta de un 1 a 5% de todos los casos de enfermedades ocupacionales en América Latina y el Caribe.
• Las enfermedades ocupacionales que más se registran en América Latina y el Caribe incluyen: pérdida del oído (hipoacusia ocupacional), intoxicaciones agudas por plaguicidas y metales pesados, enfermedades de la piel y respiratorias.
• Sólo del 10 al 15% de los trabajadores tienen acceso a servicios básicos de salud ocupacional.
• En América Latina y el Caribe, 5,7 millones de niños van a trabajar, principalmente en agricultura, minería, tiraderos de basura, trabajo doméstico, producción de fuegos artificiales y pesca.

De acuerdo con la OPS, los países en desarrollo pagan un precio especialmente alto en muertes y lesiones, ya que un gran número de personas están empleadas en actividades peligrosas como agricultura, construcción, industria maderera, pesca y minería. En todo el mundo, los pobres y los menos protegidos – con frecuencia mujeres, niños y migrantes – son los más afectados. Es lo que se define como precariedad laboral y que tiene que ver con la inseguridad en el trabajo, la falta de protección de la salud de los trabajadores y el riesgo de accidentes, de sufrir enfermedades y estrés, la falta de cobertura de Seguridad Social (ante el desempleo, las enfermedades, la maternidad o accidentes), o jornadas excesivamente prolongadas.

Éstos son los peores aspectos de la precariedad en América Latina.