Prótesis valvulares
Por: Pilar Maguey
Por: Pilar Maguey
Las prótesis valvulares se implantan a través de una intervención de corazón para remplazar la válvula dañada por otra de tipo biológico o mecánico, además pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte. Cuando las válvulas cardiacas enferman se producen dos tipos de lesiones: el estrechamiento o fusión de la válvula (estenosis), que dificulta el vaciado del corazón, y las insuficiencias o cierre defectuoso que permite que la sangre retroceda en el corazón. Algunas lesiones ocasionan precozmente ahogo y fatiga (estenosis mitral) pero otras sólo dan síntomas en fases muy avanzadas de la enfermedad (estenosis aórtica). La reparación quirúrgica de una válvula implica su reconstrucción, para que ésta funcione correctamente o su sustitución por una prótesis valvular.
De acuerdo con la Sociedad Española de Cardiología, las válvulas se sustituyen en:
Existen dos tipos de válvulas: las mecánicas, fabricadas en materiales tales como plástico, metal y, en los modelos más recientes, un pequeño cilindro de carbón pirolítico; y las biológicas, elaboradas de tejido animal o humano. Por otro lado, están las bioprótesis que pueden implantarse por vía percutánea (por punción en la arteria femoral, en la pierna, de forma parecida a un cateterismo, sin cirugía) en pacientes adultos con estenosis aórtica degenerativa con alto riesgo para la cirugía o que no desean operarse. El implante percutáneo de válvulas aórticas es un procedimiento muy atractivo para los pacientes, dado que no hay que abrir el pecho, en muchos casos no lleva anestesia general (se realiza con sedación) y permite el alta del hospital de forma precoz.