Por qué se originan los trastornos alimenticios

Por: Deya Cano

Los alimentos nos sirven para dos propósitos en la vida. Uno de ellos es para calmar el hambre y el otro es disfrutar del placer que ofrece cada bocado, pero por encima de esto, los alimentos han sido un aspecto esencial de la supervivencia.

 

Es por eso que a través de los años las puertas de la investigación y la innovación se han abierto para enriquecer los alimentos. El hecho de que comer sea tan importante en nuestras vidas es por lo que se le estudia minuciosamente, sobre todo cuando los conflictos provocados por los desórdenes en este campo.

 

Los trastornos alimenticios vienen en dos formas. Puede pensarse que comer es muy simple y no hay nada de qué preocuparse. El entorno en el que se vive, es un factor clave en los hábitos alimenticios.

 

La familia y los amigos influyen en la manera de comer. Otra parte del entorno que forma parte para el desarrollo de los trastornos alimenticios, es la manera en cómo los medios de comunicación refuerzan la creencia de que ser delgado es sinónimo de verse, ser atractivo y exitoso.

 

Conducta disfuncional





Hacer dieta ha estado recibiendo mucha atención últimamente y hay muchos que no comprenden cómo otros que si las llevan a cabo, terminan en la cama del hospital debido a un desorden alimenticio.

 

La ciencia ha investigado la relación entre la constitución biológica y la posibilidad de tener conductas alimentarias disfuncionales. Existen ciertas deficiencias químicas en el cuerpo que llevan a tener trastornos de la alimentación.

 

Por causa de un trauma

 

Las experiencias personales y el desarrollo de la niñez también pueden llevar desarrollar malos hábitos alimenticios. La manera en la que somos tratados por nuestros padres contribuye a formar nuestra forma de comer.

 

Por otra parte, según estudios, las dificultades para comunicarse adecuadamente con los padres, también influye. La raíz de los malos hábitos puede atribuirse a algún trauma.

 

El abuso y la explotación en todas las formas puede llevar a una excesiva e incontrolable forma de comer. Los desórdenes alimenticios afectan cuerpo, mente y alma.